Vida de Santa Teresa de Jesus -compuesta con fragmentos de la vida escrita por ella misma-
— 9 — tas de los misioneros, y, en el interior también, en una maravillosa dilatación de todas las virtudes. Borró Dios el oprobio de su pueblo y enjugó las lágrimas de su Iglesia, haciendo superabundante la gracia donde habia sido superabundante la iniquidad del hombre. Viéronse levantar legiones de héroes y de heroínas, que resucitaban el antiguo fervor, reprimían la rebeldía de los herejes, excitaban la piedad de los fieles, socorrían los enfermos y necesitados, iban corriendo por las aldeas para extender la enseñanza, se encerraban en los claustros para hacer penitencia, abrazaban la pobreza para no dejarla desesperar, cruzaban los mares para ir á llevar á los idólatras la luz del Evangelio,
— 10 — y, por fin, respondían á la calumnia con el sacrificio, y á las persecuciones, con las obras de caridad. En el crecido número de aquellas almas tan grandes y gratas á los ojos de Dios, tan útiles á la humanidad, que por la verdad y la virtud lucharon en el siglo xvi, brilla con maravilloso resplandor una mujer que la Iglesia ha puesto en sus altares y que el mundo ha conocido por su nombre de Teresa de Cepeda: espíritu superiormente distinguido, corazón de fuego que únicamente por Dios supo arder, y alma enteramente transfigurada en luz y amor.
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y, <strong>por</strong> fin, respondían á <strong>la</strong> calumnia<br />
<strong>con</strong> el sacrificio, y á <strong>la</strong>s persecuciones,<br />
<strong>con</strong> <strong>la</strong>s obras <strong>de</strong> caridad. En<br />
el crecido número <strong>de</strong> aquel<strong>la</strong>s almas<br />
tan gran<strong>de</strong>s y gratas á los ojos <strong>de</strong><br />
Dios, tan útiles á <strong>la</strong> humanidad, que<br />
<strong>por</strong> <strong>la</strong> verdad y <strong>la</strong> virtud lucharon en<br />
el siglo xvi, bril<strong>la</strong> <strong>con</strong> maravilloso<br />
resp<strong>la</strong>ndor una mujer que <strong>la</strong> Iglesia<br />
ha puesto en sus altares y que el<br />
mundo ha <strong>con</strong>ocido <strong>por</strong> su nombre<br />
<strong>de</strong> <strong>Teresa</strong> <strong>de</strong> Cepeda: espíritu superiormente<br />
distinguido, corazón <strong>de</strong><br />
fuego que únicamente <strong>por</strong> Dios supo<br />
ar<strong>de</strong>r, y alma enteramente transfigurada<br />
en luz y amor.