Vida de Santa Teresa de Jesus -compuesta con fragmentos de la vida escrita por ella misma-
— 207 — y reunió allí un crecido número de santos personajes, á los cuales se dió el nombre de Hijos de los profetas y á los cualeá dió él particulares do- Cnmentos y reglas por donde se regian y -gobernaban, y les prescribió también ciertas reglas de abstinencia, ayunos, oraciones y otros ejercicios que los distinguían del coüiun de los Judíos. Aliiiinos autores han escrito que Aquellos Religiosos del Antiguo Tesamento se perpetuaron hasta el tiempo de la venida de nuestro divido Redentor, cuanto lo permitieron el largo dominio de los reyes de ^bilonia, de Persia, de Siria, de Egipto, y las guerras de los príncipes de Asemonia; qué los honraron Con su visita Nuestro Señor Jesu-
— 208 — cristo, su santísima Madre y el santo Precursor del Mesías; que después de la pasión y resurrección del Hijo de Dios, se retiraron también alli algunos nuevos cristianos, y continuaron llevando la vida solitaria de los discípulos de Elias y de Elíseo; y que, por fin, lodo el tiempo que transcurrió desde que se estableció la religión cristiana hasta Bertoldo, que fuó el primer P. General de la Orden de Nuestra Señora del monte Carmelo, es decir, hasta el siglo xn, siempre vivieron en aquel memorable monte algunos ermitaños, los cuales encerrados en cuevas, ó en celdas que construían con tierra y ramas de árboles, couservaron el espíritu de religión que allí habían establecido primeramente los anli-
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cristo, su santísima Madre y el santo<br />
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los discípulos <strong>de</strong> Elias y <strong>de</strong> Elíseo;<br />
y que, <strong>por</strong> fin, lodo el tiempo que<br />
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<strong>la</strong> religión cristiana hasta Bertoldo,<br />
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cuales encerrados en cuevas, ó en<br />
celdas que <strong>con</strong>struían <strong>con</strong> tierra y<br />
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