Vida de Santa Teresa de Jesus -compuesta con fragmentos de la vida escrita por ella misma-
— 197 — no solo con las limosnas que les daba, hasta privarse de lo necesario, y quitarse de la boca el mendrugo de pan que necesitaba ella, sino también visitando y cnidnndo los enfermos j obrando milagros en beneficio de los que veia afligidos y oprimidos de dolor. Estaba en su carácter conservar una inalterable paciencia en medio de cuantos sinsabores tuvo que sufrir, y una inmutable confianza en Jesucristo al través de las persecuciones que experimentó y de los obstáculos que tuvo que vencer. Su vida no fué más que una serie sin interrupción de violentas enfermedades, de contradicciones y persecuciones; pero, cuanto más agudos eran sus dolores y atroces las persecuciones, tanto más alegre, contenta
— 198 — y satisfecha la veian. Se reia en medio de los cargos que la hacían, de los baldones y falsos testimonios de que la cargaban, y confesaba ella misma que ninguna música la gustaba tanto como aquella. Guando la daban golpes, ó la prohibieron que continuara sus fundaciones, ó la amenazaron de que la llevarian á la Inquisición, ó el diablo hizo que se la rompiera el brazo izquierdo con una caída que dió, se quedó tan tranquila como cuando estaba gustosamente gozando de los consuelos celestiales con que la favorecía Dios. No, jamas se desmentía su paciencia, y, entre otras cosas, bastaría para probarlo lo que la sucedió en cierta iglesia de Toledo. Estaba allí recogida la Santa con algunas compañe-
- Page 163 and 164: — 146 — » No lo es la esperanz
- Page 165 and 166: — 148 — » AI fin la muerte 1c
- Page 167 and 168: — loO - de este amor que la estab
- Page 169 and 170: — 152 — mayores austeridades y
- Page 171 and 172: — 154 — »rada tal muerte, que
- Page 173 and 174: — — profesado una tierna devoci
- Page 175 and 176: — m — » Quo, aunque no hubiera
- Page 177 and 178: — 160 — deraha digno de su apre
- Page 179 and 180: — 181 — una visión, que el mer
- Page 182 and 183: — 163 CAPÍTULO VIII VIRTUDES DE
- Page 184 and 185: — 167 — ritu de mortificación;
- Page 186 and 187: — 169 — misma Regla, no consult
- Page 188 and 189: — 171 — brido, y les muerde la
- Page 190 and 191: — 173 — superiores y confesores
- Page 192 and 193: — 175 ~ que, por más adelantada
- Page 194 and 195: — m — diese; y un dia estaba he
- Page 196 and 197: — 179 — Cantar de Cantares, un
- Page 198 and 199: — m — de responder álos que la
- Page 200 and 201: — 183 — las que de nada se quej
- Page 202 and 203: 185 — ó suntuosos, se desplomara
- Page 204 and 205: — 187 — « No plegué á Dios,
- Page 206 and 207: — 189 — meiUe pobre? Tengo para
- Page 208 and 209: — 191 — rior procuremos tenerla
- Page 210 and 211: — 193 — bargo de que fuera muy
- Page 212 and 213: — 195 — se puede observar el UD
- Page 216 and 217: — 199 — ras, y estaba también
- Page 218 and 219: — 201 — camino, y que ella evit
- Page 220 and 221: — 203 — CAPITULO IX REFORMA. En
- Page 222 and 223: — 20o — el Esposo del Cantar de
- Page 224 and 225: — 207 — y reunió allí un crec
- Page 226 and 227: — 209 — guos profetas, y luégo
- Page 228 and 229: — %m — gioo del profeta Elias s
- Page 230 and 231: - 213 — enteramente extinguidos,
- Page 232 and 233: — 213 — años duró aquella fel
- Page 234 and 235: — 217 — fué más que un princi
- Page 236 and 237: — 219 — 06 haber conseguido alg
- Page 238 and 239: — 22i — mujeres y hombres á ac
- Page 240 and 241: — 223 — para hacerse acreedora
- Page 242 and 243: — 22o — casa todo el impulso de
- Page 244 and 245: 227 — (iue las faltaba y necesita
- Page 246 and 247: — 229 — Sin embargo, no era suy
- Page 248 and 249: — 231 — voluntad de Dios era te
- Page 250 and 251: — 233 -• embargo, no fué Teres
- Page 252 and 253: — 235 CARTA DEL PADRE FRAY BELTRA
- Page 254 and 255: — 237 — todas parles habia Tere
- Page 256 and 257: — 239 — deseos, entre sus virtu
- Page 258 and 259: — 241 - ^ jeadocon sus deleites f
- Page 260 and 261: — 243 — de toda relación y con
- Page 262 and 263: — 245 — (< Estotro me parece qu
— 197 —<br />
no solo <strong>con</strong> <strong>la</strong>s limosnas que les daba,<br />
hasta privarse <strong>de</strong> lo necesario, y quitarse<br />
<strong>de</strong> <strong>la</strong> boca el mendrugo <strong>de</strong> pan<br />
que necesitaba el<strong>la</strong>, sino también visitando<br />
y cnidnndo los enfermos j obrando<br />
mi<strong>la</strong>gros en beneficio <strong>de</strong> los que<br />
veia afligidos y oprimidos <strong>de</strong> dolor.<br />
Estaba en su carácter <strong>con</strong>servar<br />
una inalterable paciencia en medio<br />
<strong>de</strong> cuantos sinsabores tuvo que sufrir,<br />
y una inmutable <strong>con</strong>fianza en<br />
Jesucristo al través <strong>de</strong> <strong>la</strong>s persecuciones<br />
que experimentó y <strong>de</strong> los<br />
obstáculos que tuvo que vencer. Su<br />
<strong>vida</strong> no fué más que una serie sin<br />
interrupción <strong>de</strong> violentas enfermeda<strong>de</strong>s,<br />
<strong>de</strong> <strong>con</strong>tradicciones y persecuciones;<br />
pero, cuanto más agudos<br />
eran sus dolores y atroces <strong>la</strong>s persecuciones,<br />
tanto más alegre, <strong>con</strong>tenta