Vida de Santa Teresa de Jesus -compuesta con fragmentos de la vida escrita por ella misma-
— 179 — Cantar de Cantares, un confesor ignorante la mandó entregarlo á las llamas. Semejante orden hubiera descontentado cualquier otra persona menos perfecta que Teresa; pero ella lo hizo al punto, prefiriendo la ubedioncui á las luces que del cielo había recibido. Y solía decir que, en caso de que un ángel la mandara alguna cosa, si la estorbaban sus superiores, más bien baria la voluntad de estos que lo que la hubiese mandado el mensajero divino. Afectivamente, tan esclava era de las órdenes de sus prelados, que jamas obedecía las inspiraciones y revelaciones de Dios mismo, sin asegurarse ^ütes que no discordaban con los Mandatos de sus superiores. l'oseia Teresa en grado eminente
_ 180 — la virtud de la humildad, que, desde que la Virgen santísima hizo saber al mundo que Dios la habia escogido por madre de su divino Hijo con motivo de su humildad, ha sido siempre tenida en mucho por todos los santos y siervos del Señor. Tan conocida tenía su nada, y tan profundamente penetrada estaba de la corrupción de su naturaleza, que no tenía más que sentimientos de desprecio de sí misma, no podia sufrir que hicieran el menor aprecio de ella, y procuraba destruir, lo más que podia, el buen concepto que de ella formaban los demás. Tan de punto habia subido su humildad, que permitía á sus confesores que divulgaran sus faltas, y ella misma las divulgaba también, y este era su modo
- Page 145 and 146: — 128 — gemidos, condescendió
- Page 147 and 148: — 130 — turbar su alma; todo an
- Page 149 and 150: — 132 — todos los deleites de e
- Page 151 and 152: — 134 — en busca de la soledad
- Page 153 and 154: — 136 ~ serenidad. No queria que
- Page 155 and 156: — 138 — » mas este lenguage de
- Page 157 and 158: — 140 — » desprende la verdade
- Page 159 and 160: — 142 — r> cuenta en cosa del m
- Page 161 and 162: — 144 — inferirse cual era el c
- Page 163 and 164: — 146 — » No lo es la esperanz
- Page 165 and 166: — 148 — » AI fin la muerte 1c
- Page 167 and 168: — loO - de este amor que la estab
- Page 169 and 170: — 152 — mayores austeridades y
- Page 171 and 172: — 154 — »rada tal muerte, que
- Page 173 and 174: — — profesado una tierna devoci
- Page 175 and 176: — m — » Quo, aunque no hubiera
- Page 177 and 178: — 160 — deraha digno de su apre
- Page 179 and 180: — 181 — una visión, que el mer
- Page 182 and 183: — 163 CAPÍTULO VIII VIRTUDES DE
- Page 184 and 185: — 167 — ritu de mortificación;
- Page 186 and 187: — 169 — misma Regla, no consult
- Page 188 and 189: — 171 — brido, y les muerde la
- Page 190 and 191: — 173 — superiores y confesores
- Page 192 and 193: — 175 ~ que, por más adelantada
- Page 194 and 195: — m — diese; y un dia estaba he
- Page 198 and 199: — m — de responder álos que la
- Page 200 and 201: — 183 — las que de nada se quej
- Page 202 and 203: 185 — ó suntuosos, se desplomara
- Page 204 and 205: — 187 — « No plegué á Dios,
- Page 206 and 207: — 189 — meiUe pobre? Tengo para
- Page 208 and 209: — 191 — rior procuremos tenerla
- Page 210 and 211: — 193 — bargo de que fuera muy
- Page 212 and 213: — 195 — se puede observar el UD
- Page 214 and 215: — 197 — no solo con las limosna
- Page 216 and 217: — 199 — ras, y estaba también
- Page 218 and 219: — 201 — camino, y que ella evit
- Page 220 and 221: — 203 — CAPITULO IX REFORMA. En
- Page 222 and 223: — 20o — el Esposo del Cantar de
- Page 224 and 225: — 207 — y reunió allí un crec
- Page 226 and 227: — 209 — guos profetas, y luégo
- Page 228 and 229: — %m — gioo del profeta Elias s
- Page 230 and 231: - 213 — enteramente extinguidos,
- Page 232 and 233: — 213 — años duró aquella fel
- Page 234 and 235: — 217 — fué más que un princi
- Page 236 and 237: — 219 — 06 haber conseguido alg
- Page 238 and 239: — 22i — mujeres y hombres á ac
- Page 240 and 241: — 223 — para hacerse acreedora
- Page 242 and 243: — 22o — casa todo el impulso de
- Page 244 and 245: 227 — (iue las faltaba y necesita
_ 180 —<br />
<strong>la</strong> virtud <strong>de</strong> <strong>la</strong> humildad, que, <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />
que <strong>la</strong> Virgen santísima hizo saber<br />
al mundo que Dios <strong>la</strong> habia escogido<br />
<strong>por</strong> madre <strong>de</strong> su divino Hijo <strong>con</strong><br />
motivo <strong>de</strong> su humildad, ha sido<br />
siempre tenida en mucho <strong>por</strong> todos<br />
los santos y siervos <strong>de</strong>l Señor. Tan<br />
<strong>con</strong>ocida tenía su nada, y tan profundamente<br />
penetrada estaba <strong>de</strong> <strong>la</strong> corrupción<br />
<strong>de</strong> su naturaleza, que no<br />
tenía más que sentimientos <strong>de</strong> <strong>de</strong>sprecio<br />
<strong>de</strong> sí <strong>misma</strong>, no podia sufrir<br />
que hicieran el menor aprecio <strong>de</strong><br />
el<strong>la</strong>, y procuraba <strong>de</strong>struir, lo más<br />
que podia, el buen <strong>con</strong>cepto que <strong>de</strong><br />
el<strong>la</strong> formaban los <strong>de</strong>más. Tan <strong>de</strong><br />
punto habia subido su humildad, que<br />
permitía á sus <strong>con</strong>fesores que divulgaran<br />
sus faltas, y el<strong>la</strong> <strong>misma</strong> <strong>la</strong>s divulgaba<br />
también, y este era su modo