Vida de Santa Teresa de Jesus -compuesta con fragmentos de la vida escrita por ella misma-
— i59 — divino dechado que se representaba. la bastaba sacar de aquella meditación los motivos de amar, de que eni susceptible su alma, á Aquel que estaba ella viendo dar con gusto su vida por nueslro amor, sino que, aplicándose á sí misma aquellas Palabras de la Escritura que dice : Mira y obra según el ejemplo que se te ha mostrado en la montaña, tomó enérgicamente la resolución de seguir con denuedo varonil é invicta Sustancia las sangrientas huellas del Wxla habia ganado el corazón, denunció para siempre los regalos y gustos de la vida para consagrarse Oclusivamente á la penitencia y fortificación. Ya ningún atractivo tenían para ella los adornos y galas, sino la corona de espinas; ni consi-
— 160 — deraha digno de su aprecio otro lecho que el duro madero de la cruz; y, ansiosa de parecerse, cuanto pudiera, k Jesús muriendo en medio de oprobios y trabajos, dijo con heroico arrojo y de lo más íntimo de su corazón aquellas dos admirables palabras, que eran como su devisa particular, y que de siglo en siglo van repitiendo con admiración las generaciones : Señor, ó morir ó padecer. Sí, Dios y Señor mió, ó padecer ó morir para asemejarme á Vos, es cuanto os pido. Ya no me será posible vivir sin sufrir ; preciso es que sufra "ó que muera. Y dejándose llevar de sus ansias por ir á reunirse con el único objeto de su amor y dueño de su corazón, añadía á las palabras que acabamos de citar, y
- Page 125 and 126: — 108 — para volver á encender
- Page 127 and 128: — ilO — » mundo. Parecia quequ
- Page 129 and 130: — 112 — » y no quería ver mas
- Page 131 and 132: — 114 — amorosamente que se lo
- Page 133 and 134: — 416 — » y no solo no la crei
- Page 135 and 136: — m — » rándola, toda me turb
- Page 137 and 138: — 120 — entonces había dividid
- Page 139 and 140: — 122 — terribles combates que
- Page 141 and 142: - 124 — cion que tenía h san Agu
- Page 143 and 144: — 126 — bien que leyendo, aquel
- Page 145 and 146: — 128 — gemidos, condescendió
- Page 147 and 148: — 130 — turbar su alma; todo an
- Page 149 and 150: — 132 — todos los deleites de e
- Page 151 and 152: — 134 — en busca de la soledad
- Page 153 and 154: — 136 ~ serenidad. No queria que
- Page 155 and 156: — 138 — » mas este lenguage de
- Page 157 and 158: — 140 — » desprende la verdade
- Page 159 and 160: — 142 — r> cuenta en cosa del m
- Page 161 and 162: — 144 — inferirse cual era el c
- Page 163 and 164: — 146 — » No lo es la esperanz
- Page 165 and 166: — 148 — » AI fin la muerte 1c
- Page 167 and 168: — loO - de este amor que la estab
- Page 169 and 170: — 152 — mayores austeridades y
- Page 171 and 172: — 154 — »rada tal muerte, que
- Page 173 and 174: — — profesado una tierna devoci
- Page 175: — m — » Quo, aunque no hubiera
- Page 179 and 180: — 181 — una visión, que el mer
- Page 182 and 183: — 163 CAPÍTULO VIII VIRTUDES DE
- Page 184 and 185: — 167 — ritu de mortificación;
- Page 186 and 187: — 169 — misma Regla, no consult
- Page 188 and 189: — 171 — brido, y les muerde la
- Page 190 and 191: — 173 — superiores y confesores
- Page 192 and 193: — 175 ~ que, por más adelantada
- Page 194 and 195: — m — diese; y un dia estaba he
- Page 196 and 197: — 179 — Cantar de Cantares, un
- Page 198 and 199: — m — de responder álos que la
- Page 200 and 201: — 183 — las que de nada se quej
- Page 202 and 203: 185 — ó suntuosos, se desplomara
- Page 204 and 205: — 187 — « No plegué á Dios,
- Page 206 and 207: — 189 — meiUe pobre? Tengo para
- Page 208 and 209: — 191 — rior procuremos tenerla
- Page 210 and 211: — 193 — bargo de que fuera muy
- Page 212 and 213: — 195 — se puede observar el UD
- Page 214 and 215: — 197 — no solo con las limosna
- Page 216 and 217: — 199 — ras, y estaba también
- Page 218 and 219: — 201 — camino, y que ella evit
- Page 220 and 221: — 203 — CAPITULO IX REFORMA. En
- Page 222 and 223: — 20o — el Esposo del Cantar de
- Page 224 and 225: — 207 — y reunió allí un crec
— i59 —<br />
divino <strong>de</strong>chado que se representaba.<br />
<strong>la</strong> bastaba sacar <strong>de</strong> aquel<strong>la</strong> meditación<br />
los motivos <strong>de</strong> amar, <strong>de</strong> que<br />
eni susceptible su alma, á Aquel que<br />
estaba el<strong>la</strong> viendo dar <strong>con</strong> gusto su<br />
<strong>vida</strong> <strong>por</strong> nueslro amor, sino que,<br />
aplicándose á sí <strong>misma</strong> aquel<strong>la</strong>s<br />
Pa<strong>la</strong>bras <strong>de</strong> <strong>la</strong> Escritura que dice :<br />
Mira y obra según el ejemplo que se<br />
te ha mostrado en <strong>la</strong> montaña, tomó<br />
enérgicamente <strong>la</strong> resolución <strong>de</strong> seguir<br />
<strong>con</strong> <strong>de</strong>nuedo varonil é invicta<br />
Sustancia <strong>la</strong>s sangrientas huel<strong>la</strong>s <strong>de</strong>l<br />
Wx<strong>la</strong> habia ganado el corazón,<br />
<strong>de</strong>nunció para siempre los regalos y<br />
gustos <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>vida</strong> para <strong>con</strong>sagrarse<br />
Oclusivamente á <strong>la</strong> penitencia y<br />
fortificación. Ya ningún atractivo<br />
tenían para el<strong>la</strong> los adornos y ga<strong>la</strong>s,<br />
sino <strong>la</strong> corona <strong>de</strong> espinas; ni <strong>con</strong>si-