Vida de Santa Teresa de Jesus -compuesta con fragmentos de la vida escrita por ella misma-
— 109 — No habia solución posible para semejante problema; y no dejaba ella de saber que, según el Evangelio, nadie puede servir dos amos á un mismo tiempo. Por lo mismo era su corazón una especie de teatro donde sin tregua ni respiro estaban luchando dos poderosos é irreconciliables antagonistas, y esto la quitaba toda paz y sosiego y la llevaba desazonada, pesarosa y angustiada. Asi nada extraño es que ella misma nos diga en el capitulo vu de su Vida : « Pasaba, dice, uua vida trabajo- » sísima, porque en la oración en- » tendia mas mis faltas. Por una » parte me llamaba Dios, por otra » yo seguía al mundo. Dábanme » gran contento todas las cosas de » Dios. Teníanme alada las del
— ilO — » mundo. Parecia quequeria concer- » lar estos dos contrarios tan ene- » migos uno de otro, como es vida » espiritual y contento, y gustos, y » pasatiempos sensuales. En la ora- » cion pasaba gran trabajo porque « no andaba el espíritu señor sino » esclavo; y ansí no podia encer- » rarme dentro de mí, que era todo » el modo de proceder que llevaba » en la oración sin encerrar conmigo » mil vanidades. Pasé ansí muchos » años que ahora me espanto; qué » sugeto bastó á sufrir que no dejase » lo uno ü lo otro; bien sé que » dejar la oración no era ya en mi » manOj porque me tenia con » las suyas el que me queria » para hacerme mayores mer- » cedes. »
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