Vida de Santa Teresa de Jesus -compuesta con fragmentos de la vida escrita por ella misma-
— 87 — dicos dichos, habia eo aquel pueblo una curandera que pasaba por muy hábil en curar las enfermedades por el estilo de las de Teresa. Sin embargo, principiaba entonces el invierno, la estación no era muy propicia para curar semejantes enfermedades, y resolvieron que entre tanto iria hasta el mes de abril á la aldea de Castellanos de la Cañeda, donde vivia su hermana. Así se hizo, y salió Teresa de su convento acompañada de su fiel amiga Juaua Suárez. De Paso para Castellanos de la Cañeda, fueron á saludar al tio de la Santa (de quien ya se ha hablado), el cual ía dio un libro que la enseñara y facilitara el ejercicio de la oración, y que ella se llevó á casa de su hermana. Guando hubo llegado la prima-
— 88 — vera, Teresa se dirigió á Becédas, acompañada de su padre, su hermana y su amiga Juana. Estuvo en aquel pueblo tres meses; los médicos se valieron de todos los recursos de su arte para hacerla recobrar la salud; pero no acertaron y resultó que, en vez de curarla, todos los remedios que se emplearon, sólo contribuyeron á agravar aquella enfermedad (cuyos caracteres eran extraños), y á arruinar por completo su salud. Así nos lo cuenta la Santa en el capítulo v de su Vida. « Es- » tuve en aquel lugar tres meses, » dice, con grandísimos trabajos, » porque la cura fué mas recia que » pedia mi complexión : á los dos » meses á poder de medicinas me » tenía casi acabada la vida; y el
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vera, <strong>Teresa</strong> se dirigió á Becédas,<br />
acompañada <strong>de</strong> su padre, su hermana<br />
y su amiga Juana. Estuvo en<br />
aquel pueblo tres meses; los médicos<br />
se valieron <strong>de</strong> todos los recursos<br />
<strong>de</strong> su arte para hacer<strong>la</strong> recobrar <strong>la</strong><br />
salud; pero no acertaron y resultó<br />
que, en vez <strong>de</strong> curar<strong>la</strong>, todos los<br />
remedios que se emplearon, sólo<br />
<strong>con</strong>tribuyeron á agravar aquel<strong>la</strong> enfermedad<br />
(cuyos caracteres eran<br />
extraños), y á arruinar <strong>por</strong> completo<br />
su salud. Así nos lo cuenta <strong>la</strong> <strong>Santa</strong><br />
en el capítulo v <strong>de</strong> su <strong>Vida</strong>. « Es-<br />
» tuve en aquel lugar tres meses,<br />
» dice, <strong>con</strong> grandísimos trabajos,<br />
» <strong>por</strong>que <strong>la</strong> cura fué mas recia que<br />
» pedia mi complexión : á los dos<br />
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