Vida de Santa Teresa de Jesus -compuesta con fragmentos de la vida escrita por ella misma-
— 85 — á las que mandaba la Regla, deterioraron otra vez su salud, y volvió á •caer tan enferma que se temian las más funestas consecuencias. Decayendo cada dia más, llegó á un estado de extenuación tal, que quedó como rendida. La acometieron terribles desfallecimientos que iban aumentando sin cesar; la dieron violentos males de corazón; tuvo frecuentes desmayos y otros males Cjue la acarrearon muchísimos y gravísimos padecimientos y alteraron extraordinariamente su salud delicada por su naturaleza. Ella sufrió todos aquellos males con heroica Paciencia y admirable resignación á Ia voluntad divina, y sólo tenía palabras para bendecir la mano que la Wia é implorar la misericordia del
— 86 — Señor. Se emplearon todos los remedios que podian aliviarla, y su Comunidad no omitió nada de cuanto podia contribuir á conseguir el apetecido resultado. Su padre, que la quería en extremo, se desvelaba, no la perdía de vista y practicaba todas las diligencias necesarias para secundar los esfuerzos de las piadosas monjas, sacar á su hija del paso y hacerla recobrar la salud. Primeramente consultó con los médicos de Ávila; pero tuvieron que confesar quenada entendían en la enfermedad de su hija. Visto esto, constáudole que en Becédas liabia facultativos muy instruidos, y no haciendo en aquel tiempo voto de clausura las monjas Carmelitas, quiso llevarla á aquella población. Ademas de los mé-
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Señor. Se emplearon todos los remedios<br />
que podian aliviar<strong>la</strong>, y su Comunidad<br />
no omitió nada <strong>de</strong> cuanto<br />
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<strong>la</strong> perdía <strong>de</strong> vista y practicaba todas<br />
<strong>la</strong>s diligencias necesarias para secundar<br />
los esfuerzos <strong>de</strong> <strong>la</strong>s piadosas<br />
monjas, sacar á su hija <strong>de</strong>l paso y<br />
hacer<strong>la</strong> recobrar <strong>la</strong> salud. Primeramente<br />
<strong>con</strong>sultó <strong>con</strong> los médicos <strong>de</strong><br />
Ávi<strong>la</strong>; pero tuvieron que <strong>con</strong>fesar<br />
quenada entendían en <strong>la</strong> enfermedad<br />
<strong>de</strong> su hija. Visto esto, <strong>con</strong>stáudole<br />
que en Becédas liabia facultativos<br />
muy instruidos, y no haciendo en<br />
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monjas Carmelitas, quiso llevar<strong>la</strong> á<br />
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