Manual - CEI

La migración afecta y compromete a todos y todas.
caridad, especialmente en Latinoamérica y el Caribe donde hay millones de personas
concretas que por distintas causas, sobre todo económicas, políticas y de violencia,
viven en constante movilidad”. 54
Se considera indispensable que la Iglesia, por medio de la Conferencia Episcopal y de
las Diócesis, asuma proféticamente esta pastoral, desarrollando una mentalidad y una
espiritualidad al servicio de los hermanos en movilidad, estableciendo estructuras
apropiadas que faciliten el encuentro del extranjero con la iglesia particular de acogida.
Igualmente, indica que “los migrantes deben ser acompañados pastoralmente por
sus Iglesias de origen que les estimulen a hacerse discípulos y misioneros en las
tierras y comunidades que los acogen, compartiendo con ellos la riqueza de su fe y
de sus tradiciones religiosas” 55 . Resalta que “los migrantes que parten de nuestras
comunidades pueden ofrecer un valioso aporte misionero en las comunidades de
acogida”. 56
Y para ello “es necesario reforzar el dialogo y la cooperación entre las iglesias de
salida y acogida, para poder dar una atención humana y pastoral a los que se han
movilizado, apoyándolos en su religiosidad y valorando sus expresiones culturales en
todo aquello que se refiera al Evangelio”. 57
Pero no se queda ahí, sino que en el Documento de Aparecida se afirma que entre
las tareas de la Iglesia a favor de los migrantes, está, indudablemente, la denuncia
profética de los atropellos que sufren frecuentemente, y hace una llamada a realizar
un esfuerzo por incidir, junto a los organismos de la sociedad civil, en los gobiernos
de los países, para lograr una política migratoria que tenga en cuenta los derechos
de las personas en movilidad. En los países azotados por la violencia, se requiere la
acción pastoral para acompañar a las victimas y brindarles acogida y capacitarlos
para que puedan vivir de su trabajo. Asimismo, la Iglesia tiene el deber de “ahondar
su esfuerzo pastoral y teológico para promover una ciudadanía universal en la que no
haya distinción de personas” 58
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Anima a que tanto en los Seminarios como en las Casas de Formación y para los laicos,
se fomente la formación y la toma de conciencia sobre esta realidad para poder dar
una mejor respuesta pastoral, tanto a las personas en movimiento como a las familias
que dejan. Citando al Papa, el documento rescata el aporte de las migraciones al
desarrollo, afirma que “la realidad de las migraciones no se ha de ver nunca sólo
como un problema, sino también y sobre todo, como un gran recurso para el camino
de la humanidad” 59 y dentro de esto, rescata las generosas remesas enviadas por
los inmigrantes latinoamericanos, que evidencian la capacidad de sacrificio y
54 Documento de Aparecida, nº 412.
55 Ibídem. Nº 415.
56 Ibídem.
57 Ibídem. Nº 413.
58 Ibídem. Nº 414.
59 Ibídem. Nº 413.