Vida Compendiada de Santa Teresa de Jesus
— 27b — ca hizo solemnemente á principios del siglo XVIII, y lo que el consentimiento general del Clero y del pueblo ha confirmado con amor. Y por esta razón se la pinta generalmente con las insignias del doctorado, no impidiéndolo la censura eclesiástica. Los escritos de Santa Teresa de Jesús tienen el mérito particular de ser útiles á toda clase de personas; porque nadie ha de creer que se escribieron únicamente para las almas retiradas en el claustro y entregadas á la vida contemplativa; pues si bien es verdad que tratan de algunas materias que no son indistintamente para todos, es también indudable que muchísimos otros convienen al común de los fieles, y que áun las cosas más sublimes las enseña con suma llaneza y claridad. Por lo mis mo todas las personas, lo mismo eclesiásticas que seglares, pueden aprender en ellos á adelantar desde los primeros pasos de la virtud, hasta la más subida de la perfección. El primer libro que escribió, por mandato de su confesor, fue el Libro de las misericordias del Señor, como lo intituló al principio, y que nos es conocido con el titulo de Libro de su vida. Lo escribió en San José de Avila el año de 1562. Dicen acerca de este libro, que después de las Confesiones de San Agustín es
— 277 — el más excelente que hay en su género. El segundo libro fue el Camino de perfección, que compuso siendo Priora de Avila, concluyéndolo en 1569. Se propone la Santa en esta obra quitar hábilmente los primeros obstáculos de ese camino, y hacer llegar al alma á la cumbre de la perfección por medio de la oración y práctica de las virtudes. El tercero fue el de las Fundaciones de sus monasterios; lo escribió en diferentes épocas, á medida que se iban estableciendo los conventos. Este libro es la narración de la vida exterior de la Santa. El Señor le manifestó que sería para utilidad de muchas almas. El cuarto, que es el Castillo interior ó las Moradas, lo empezó en Toledo en 1577, lo continuó en Segovia, y lo acabó en Avila el día de San Andrés del mismo año. Para cono-' cer el mérito de este libro celestial, basta sa-r ber del limo. Señor Yepes, haberle manifestar do la Santa «que se lo había mandado escribir el mismo Dios». El quinto libro que salió de su pluma fue el de los Conceptos del amor de Dios, que escribió por mandato de algunas personas á quienes ella estaba obligada á obedecer. Pero pareciéndole mal que una mujer interpretase el libro de los Cantares, del cual algunas palabras for-
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Los escritos <strong>de</strong> <strong>Santa</strong> <strong>Teresa</strong> <strong>de</strong> Jesús tienen<br />
el mérito particular <strong>de</strong> ser útiles á toda<br />
clase <strong>de</strong> personas; porque nadie ha <strong>de</strong> creer<br />
que se escribieron únicamente para las almas<br />
retiradas en el claustro y entregadas á la vida<br />
contemplativa; pues si bien es verdad que tratan<br />
<strong>de</strong> algunas materias que no son indistintamente<br />
para todos, es también indudable que<br />
muchísimos otros convienen al común <strong>de</strong> los<br />
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El primer libro que escribió, por mandato<br />
<strong>de</strong> su confesor, fue el Libro <strong>de</strong> las misericordias<br />
<strong>de</strong>l Señor, como lo intituló al principio, y que<br />
nos es conocido con el titulo <strong>de</strong> Libro <strong>de</strong> su<br />
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<strong>de</strong> las Confesiones <strong>de</strong> San Agustín es