Vida Compendiada de Santa Teresa de Jesus
— 102 — zára la licencia del Sr. Obispo de Salamanca» El limo. Sr. Obispo D. Pedro González de Mendoza, Prelado insigne de aquella diócesis, que fue uno de los Padres más esclarecidos del santo Concilio de Trento, al ver que la Reforma del Carmen emprendida por Teresa de Jesús era muy conforme á los deséos del dicho Concilio, otorgó su licencia y prometió su protección. Se encontraba en Avila la Santa cuando tuvo noticia de este favor dispensado por el Prelado, y poniéndose, sin tardar en camino para Salamanca, llegó á esta población la vispera de la fiesta de Todos los Santos, en 1570. Trajo consigo á la Hermana María del Espíritu Santo, cuatro religiosas de San José de Avila, y mandó que viniesen también tres de Medina. Los trabajos que padecieron en esta Casa, descompuesta y desabrigada, difícilmente se pueden enumerar. No fue posible colocar el Santísimo Sacramento, y á duras penas les fue dado preparar lo indispensable para celebrar el Santo Sacrificio de la Misa. Con catorce reales que llevaba la Madre Fundadora compró dos estampas representando un Ecce-homo y el Descendimiento de la Cruz. Estas fueron las solas alhajas que trajo la Santa Madre al ir á establecer esa insigne Casa que ha dado tantas almas santas al cielo.
— i63 — Estaba situada la humilde residencia en una calle que llamaban el Arroyo de San Francisco, junto al convento de unas religiosas Franciscanas, que socorrieron á sus Hermanas Carmelitas con comida y con ropas. No fue, por cierto, vano el temor que tenía la Santa de fundar allí sin rentas y sin aguardar ocasión más oportuna; pero la instancia del Padre Jesuíta, la buena voluntad del Prelado diocesano, y la caridad de las Hijas del Serafín de Asís, moviéronla á hacer la fundación definiva. Bien convencida estaba la Santa.de que el Señor no le faltaría y movería el corazón de los salamanquinos para proporcionarles casa más cómoda y lo necesario para su sustento. Miéntras la Santa Madre se ocupaba en estos trabajos, le instaron que pasára á Alba de Tormes para levantar una nueva Casa de monjas, como en efecto lo realizó, y de cuya fundación hablarémos en el capítulo siguiente. Quiso el Señor en ese tiempo publicar la santidad de su sierva con los casos extraordinarios siguientes: Los condes de Monte-Rey habían impetrado de los Prelados de la Orden que la Santa permaneciese en su casa algunos días á su regreso de Alba de Tormes. Durante su estancia en casa de esos señores curó repentinamente á la mujer de un criado que
- Page 118 and 119: parte de su casa y capilla para que
- Page 120 and 121: — 114 '— ción. Otra fue, que l
- Page 122 and 123: — II6 — habló, comprendió su
- Page 124 and 125: trechaban para ir á Alcalá de Hen
- Page 126 and 127: Jericó, derramando en las dos Cast
- Page 129 and 130: CAPITULO X. FUNDA LA SANTA MADRE EL
- Page 131 and 132: — 125 — razón revolvía las mi
- Page 133 and 134: — 127 — en la Santa, le dijeron
- Page 135 and 136: — 129 — posición muy especial
- Page 137 and 138: — I3I — los Provinciales no les
- Page 139 and 140: CAPITULO XI. FUNDA LA SANTA MADRE E
- Page 141 and 142: — i35 — los superiores, quiso q
- Page 143 and 144: - i 3 7 - con su licencia y faculta
- Page 145 and 146: — iSg — Desde Medina del Campo
- Page 147 and 148: CAPITULO XII. FUNDA LA SANTA EL CON
- Page 149 and 150: — 143 — bien su encargo, que al
- Page 151 and 152: - 145 - las riquezas de la pobreza
- Page 153 and 154: — ^47 — Compróse una casa en e
- Page 155 and 156: — '49 — la Reina de Polonia, y
- Page 157: — i5i — der los límites de est
- Page 160 and 161: — 154 — de Éboli se considerab
- Page 162 and 163: — 156 — barón y permitieron su
- Page 164 and 165: — i58 — la. Se salió fuera del
- Page 166 and 167: — i6o — monasterio en aquel pue
- Page 170 and 171: — 164 — estaba en peligro de mu
- Page 172 and 173: — 16b — puede comprender bien c
- Page 174 and 175: — i68 — favoreciéndola el ciel
- Page 176 and 177: - 170 — Dios y admirar sus provid
- Page 178 and 179: — 172 — una parienta de D. Fran
- Page 180 and 181: — 174 — en el coro á María de
- Page 182 and 183: - 176- tiempo estaban las religiosa
- Page 184 and 185: - lyS - mediar aquella desolación,
- Page 186 and 187: — i8o — de Dios, y esperaba que
- Page 188 and 189: — ¡82 — vencida estoy de que h
- Page 190 and 191: — 184 — el siglo, que tanta dis
- Page 192 and 193: — i86 — la persona del Padre se
- Page 194 and 195: hizo tantos estragos en la Iglesia,
- Page 196 and 197: — 19° — Teresa el pan que la f
- Page 198 and 199: — 192 — jo consigo dos monjas d
- Page 200 and 201: — 194 — Comunidad entera presen
- Page 202 and 203: — ig6 — Miéntras que la Santa
- Page 204 and 205: prendió después ser la Virgen Mar
- Page 206 and 207: — 20O — otro acontecimiento ext
- Page 208 and 209: ción, y las demás religiosas que
- Page 210 and 211: — 204 — ñor, cuando quería qu
- Page 213 and 214: CAPITULO XVII. FUNDA LA SANTA MADRE
- Page 215 and 216: — 209 —' pués fue electo Provi
- Page 217 and 218: No es posible describir mejor las a
— i63 —<br />
Estaba situada la humil<strong>de</strong> resi<strong>de</strong>ncia en<br />
una calle que llamaban el Arroyo <strong>de</strong> San Francisco,<br />
junto al convento <strong>de</strong> unas religiosas<br />
Franciscanas, que socorrieron á sus Hermanas<br />
Carmelitas con comida y con ropas. No fue,<br />
por cierto, vano el temor que tenía la <strong>Santa</strong><br />
<strong>de</strong> fundar allí sin rentas y sin aguardar ocasión<br />
más oportuna; pero la instancia <strong>de</strong>l Padre<br />
Jesuíta, la buena voluntad <strong>de</strong>l Prelado diocesano,<br />
y la caridad <strong>de</strong> las Hijas <strong>de</strong>l Serafín <strong>de</strong><br />
Asís, moviéronla á hacer la fundación <strong>de</strong>finiva.<br />
Bien convencida estaba la <strong>Santa</strong>.<strong>de</strong> que el<br />
Señor no le faltaría y movería el corazón <strong>de</strong><br />
los salamanquinos para proporcionarles casa<br />
más cómoda y lo necesario para su sustento.<br />
Miéntras la <strong>Santa</strong> Madre se ocupaba en estos<br />
trabajos, le instaron que pasára á Alba <strong>de</strong><br />
Tormes para levantar una nueva Casa <strong>de</strong> monjas,<br />
como en efecto lo realizó, y <strong>de</strong> cuya fundación<br />
hablarémos en el capítulo siguiente.<br />
Quiso el Señor en ese tiempo publicar la<br />
santidad <strong>de</strong> su sierva con los casos extraordinarios<br />
siguientes: Los con<strong>de</strong>s <strong>de</strong> Monte-Rey<br />
habían impetrado <strong>de</strong> los Prelados <strong>de</strong> la Or<strong>de</strong>n<br />
que la <strong>Santa</strong> permaneciese en su casa algunos<br />
días á su regreso <strong>de</strong> Alba <strong>de</strong> Tormes. Durante<br />
su estancia en casa <strong>de</strong> esos señores curó<br />
repentinamente á la mujer <strong>de</strong> un criado que