Vida Compendiada de Santa Teresa de Jesus
— 124 — pósito para él. Con este objeto llegó la Santa á Malagón con sus dos Hijas ocho días ántes del Domingo de Ramos del año 1568. Vió un local que le ofrecían, y no pareciéndole oportuno aquel sitio , dijo con aquel tono profético que le era tan propio: «Dejemos este lugar para frailes descalzos de San Francisco, que aquí han de fundar», como en efecto así se verificó pocos años después, con admiración de los que habían oído la profecía. Fue luégo á buscar otro sitio , y llegando á un oljvar, dijo: «No hay que pasar de aquí, que este es el lugar que Dios tiene destinado para i mi convento». Convínose con la fundadora en las condiciones, y se estipuló hacer la fundación con rentas correspondientes para la alimentación de las religiosas. La Santa Madre distribuyó el local de la manera más conveniente ;para iglesia y convento. Hizo venir otras cuktro religiosas de Avila, que fueron las Hermanas María del Sacramento, María Magdalena, tylaría de Jesús é Isabél de San José; y el Domingo de Ramos, después de haber oído Misa y sermón, se llevó procesionalmente el Santísimo Sacramento al nuevo monasterio, con acompañatniento y regocijo extraordinario del Clero y pueblo. Mucho consuelo experimentó la\Santa Madre con aquella fundación, y cuando en su co-
— 125 — razón revolvía las misericordias, de que Dios era tan pródigo con ella , el amable Salvador se le apareció glorioso, teniendo en su divina cabeza una corona, no de espinas, sino de diamantes. Así quería el Señor alentarla cuando interiormente sentía la precisión en que se había encontrado de hacer aquella fundación con renta. «¡Oh, le dijo Jesús, lloras y lamentas las heridas que recibí en el Calvario , y las muchas que me hacen en el día los pecadores! Deseas un medio para curar estas heridas , y yo te proporciono esta ocasión de hacerme estos monasterios en que mi corazón descansa con estas mis siervas. Haz cuantas Casas pudieres y te ofrezcan, y las que hagas en lugares pequeños ,fúndalas con renta». Alentada quedó la Santa al oir la voz del Señor, que la consolaba y le quitaba la duda de si había de fundar con renta ó sin ella. Hecha la instalación, nombró Priora y Superiora del nuevo con vento y estableció la observancia regular. Era la Santa la primera en obedecer á la que había puesto por Priora, y en darle todos los honores y respetos que se acostumbran en la Orden. Para dar ejemplo á sus Hijas, era también la primera que se levantaba al ver entrar á la Prelada , y permanecía en este estado hasta que tomaba asiento. En la mortificación, ayu-
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pósito para él. Con este objeto llegó la <strong>Santa</strong> á<br />
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Domingo <strong>de</strong> Ramos <strong>de</strong>l año 1568. Vió un local<br />
que le ofrecían, y no pareciéndole oportuno<br />
aquel sitio , dijo con aquel tono profético que<br />
le era tan propio: «Dejemos este lugar para<br />
frailes <strong>de</strong>scalzos <strong>de</strong> San Francisco, que aquí<br />
han <strong>de</strong> fundar», como en efecto así se verificó<br />
pocos años <strong>de</strong>spués, con admiración <strong>de</strong> los que<br />
habían oído la profecía. Fue luégo á buscar<br />
otro sitio , y llegando á un oljvar, dijo: «No<br />
hay que pasar <strong>de</strong> aquí, que este es el lugar<br />
que Dios tiene <strong>de</strong>stinado para i mi convento».<br />
Convínose con la fundadora en las condiciones,<br />
y se estipuló hacer la fundación con rentas correspondientes<br />
para la alimentación <strong>de</strong> las religiosas.<br />
La <strong>Santa</strong> Madre distribuyó el local<br />
<strong>de</strong> la manera más conveniente ;para iglesia y<br />
convento. Hizo venir otras cuktro religiosas<br />
<strong>de</strong> Avila, que fueron las Hermanas María <strong>de</strong>l<br />
Sacramento, María Magdalena, tylaría <strong>de</strong> Jesús<br />
é Isabél <strong>de</strong> San José; y el Domingo <strong>de</strong> Ramos,<br />
<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haber oído Misa y sermón, se llevó<br />
procesionalmente el Santísimo Sacramento al<br />
nuevo monasterio, con acompañatniento y regocijo<br />
extraordinario <strong>de</strong>l Clero y pueblo.<br />
Mucho consuelo experimentó la\<strong>Santa</strong> Madre<br />
con aquella fundación, y cuando en su co-