Vida Compendiada de Santa Teresa de Jesus
— II6 — habló, comprendió su mérito, y que era la piedra preciosa que la Virgen María había escogido para solidar sobre ella la Reforma de su Orden, El Santo Religioso manifestó á la Madre lo mucho que debía al cielo, y que para corresponder á tantos beneficios, suspiraba por otra vida más austéra; pero que no siéndole posible tener este consuelo en su Orden, deseaba pasar á la Cartuja. Estas palabras de Fray Juan de San Matías movieron á la Santa Madre á hacerle reflexiones importantes. Díjole que en su misma Orden, observando la Regla primitiva, hallaría la soledad y austeridad de los hijos de San Bruno, y que, por consiguiente, inútil era pasarse á otra Religión. «¿A quién sino á los hijos de María, añadió la Santa, toca mirar por la honra y lustre de su Orden?» Estas razones y las palabras de la Santa Reformadora del Carmelo fueron suficientes para resolver á Fr. Juan de San Matías á ser Carmelita descalzo; y en su impaciencia de abrazar cuanto ántes la cruz de la mortificación, suplicóla no dilatase la ejecución de un proyecto para él tan halagüeño. ¿Cómo Fray Juan de San Matías no había de resolverse á abrazar la vida de la descalcéz, cuando aquí veía la ocasión de cumplirse en él lo que le había prometido el cielo, cuando se le dijo que
— ii7 — reformaría una Orden y la volvería á su antiguo esplendor? No puede expresarse el gozo de la Santa cuando vió que tenía dos frailes (ó más bien fraile y medio, como decía con mucha gracia Santa Teresa, porque el P. Fr. Antonio era de buena estatura y el P. Fr. Juan bajito) para iniciar la Reforma de los Padres. Desde este momento procuraba adquirir casa donde dar principio á la vida regular de los descalzos, esperando que el Señor movería algún alma piadosa para facilitarle su instalación. Así se cumplió, como lo verémos más adelante al ocuparnos de la fundación de Duruelo. En aquel mismo tiempo la invitaron á hacer una fundación para religiosas en Valladolid. Un hermano del limo. Sr. D. Alvaro de Mendoza, Obispo de Avila, D. Bernardino de Mendoza, ofreció á la Santa una casa y huerta que tenía en Valladolíd, para edificar un monasterio^ rogándole que hiciese luégo la fundación , pofque deseaba verla hecha ántes de morir. Algo sintió la Santa aceptar esta oferta, por estar k casa fuera de la ciudad y no ser á propósito para convento de religiosas. Sin embargo, laádmitió, aunque con ánimo de trasladarse ^ otra dentro de la ciudad, si se le proporcionaba ocasión favorable. También la es-
- Page 71 and 72: CAPITULO VI. MÁNDALA EL SEÑOR QUE
- Page 73 and 74: mil ducados y Doña Guiomar lo que
- Page 75 and 76: - 6 9 - gobernaba el alma de la San
- Page 77 and 78: — 7i — confesor y del Prelado d
- Page 79 and 80: -.73 - pobreza que se tiene en su c
- Page 81 and 82: propuso entorpecer la empresa, vali
- Page 83 and 84: — 77 — do parte de la obra derr
- Page 85: nes de los letrados, consultó con
- Page 88 and 89: ficación del templo de Jerusalén
- Page 90 and 91: _ 84 - nía levantar para la mayor
- Page 92 and 93: — 86 — había sido que viniese
- Page 94 and 95: — 88 — esas cuatro doncellas de
- Page 96 and 97: — 9° — que ordenára á las mo
- Page 98 and 99: — 92 — angustias, y para consol
- Page 100 and 101: — 94 — de el aire me favorecía
- Page 102 and 103: -96- presentarse á la puerta de Sa
- Page 104 and 105: - 9 8 - denó tan oportunamente, qu
- Page 106 and 107: — IOO — brar en el huertecillo
- Page 108 and 109: 102 necesitadas, y así quedaban to
- Page 110 and 111: — 104 — tos de salud que Teresa
- Page 112 and 113: — io6 — y desde luégo meditó
- Page 114 and 115: — io8 — Cruz y Doña Teresa de
- Page 116 and 117: — no — ligiosas, sin embargo, h
- Page 118 and 119: parte de su casa y capilla para que
- Page 120 and 121: — 114 '— ción. Otra fue, que l
- Page 124 and 125: trechaban para ir á Alcalá de Hen
- Page 126 and 127: Jericó, derramando en las dos Cast
- Page 129 and 130: CAPITULO X. FUNDA LA SANTA MADRE EL
- Page 131 and 132: — 125 — razón revolvía las mi
- Page 133 and 134: — 127 — en la Santa, le dijeron
- Page 135 and 136: — 129 — posición muy especial
- Page 137 and 138: — I3I — los Provinciales no les
- Page 139 and 140: CAPITULO XI. FUNDA LA SANTA MADRE E
- Page 141 and 142: — i35 — los superiores, quiso q
- Page 143 and 144: - i 3 7 - con su licencia y faculta
- Page 145 and 146: — iSg — Desde Medina del Campo
- Page 147 and 148: CAPITULO XII. FUNDA LA SANTA EL CON
- Page 149 and 150: — 143 — bien su encargo, que al
- Page 151 and 152: - 145 - las riquezas de la pobreza
- Page 153 and 154: — ^47 — Compróse una casa en e
- Page 155 and 156: — '49 — la Reina de Polonia, y
- Page 157: — i5i — der los límites de est
- Page 160 and 161: — 154 — de Éboli se considerab
- Page 162 and 163: — 156 — barón y permitieron su
- Page 164 and 165: — i58 — la. Se salió fuera del
- Page 166 and 167: — i6o — monasterio en aquel pue
- Page 168 and 169: — 102 — zára la licencia del S
- Page 170 and 171: — 164 — estaba en peligro de mu
— II6 —<br />
habló, comprendió su mérito, y que era la piedra<br />
preciosa que la Virgen María había escogido<br />
para solidar sobre ella la Reforma <strong>de</strong> su Or<strong>de</strong>n,<br />
El Santo Religioso manifestó á la Madre<br />
lo mucho que <strong>de</strong>bía al cielo, y que para correspon<strong>de</strong>r<br />
á tantos beneficios, suspiraba por otra<br />
vida más austéra; pero que no siéndole posible<br />
tener este consuelo en su Or<strong>de</strong>n, <strong>de</strong>seaba pasar<br />
á la Cartuja. Estas palabras <strong>de</strong> Fray Juan<br />
<strong>de</strong> San Matías movieron á la <strong>Santa</strong> Madre á<br />
hacerle reflexiones importantes. Díjole que en<br />
su misma Or<strong>de</strong>n, observando la Regla primitiva,<br />
hallaría la soledad y austeridad <strong>de</strong> los<br />
hijos <strong>de</strong> San Bruno, y que, por consiguiente,<br />
inútil era pasarse á otra Religión. «¿A quién<br />
sino á los hijos <strong>de</strong> María, añadió la <strong>Santa</strong>, toca<br />
mirar por la honra y lustre <strong>de</strong> su Or<strong>de</strong>n?»<br />
Estas razones y las palabras <strong>de</strong> la <strong>Santa</strong><br />
Reformadora <strong>de</strong>l Carmelo fueron suficientes<br />
para resolver á Fr. Juan <strong>de</strong> San Matías á ser<br />
Carmelita <strong>de</strong>scalzo; y en su impaciencia <strong>de</strong><br />
abrazar cuanto ántes la cruz <strong>de</strong> la mortificación,<br />
suplicóla no dilatase la ejecución <strong>de</strong> un<br />
proyecto para él tan halagüeño. ¿Cómo Fray<br />
Juan <strong>de</strong> San Matías no había <strong>de</strong> resolverse á<br />
abrazar la vida <strong>de</strong> la <strong>de</strong>scalcéz, cuando aquí<br />
veía la ocasión <strong>de</strong> cumplirse en él lo que le<br />
había prometido el cielo, cuando se le dijo que