Santidad, Gloria y Prodigios de Santa Teresa de Jesus Tomo I

TELIPE II. (75) FAULO IV.
do la acompaña ; y esta viva vista interior de su entendimiento
libre de tngyños, está colmada con la
satisfacción que ie dan las hablas divinas, que le oye
en sus adentros. Conoce cenísimamente que Cristo
está junto á sí con mas seguridad, que la que da la claridad
del Sol, quando vemos con aquella luz brillante
una persona cerca de nosotros. Asistente siempre á
su lado derecho sin haber en sus sentidos ni potencias
imagen que le represente, disfruta su dulce compañía
, percibe reprensiones caritativas en sus descuidos,
consolaciones en sus trabajos, ilustraciones en su
alma i é incendios en su corazón. Para dar nuestro
Señor en Teresa un modelo perfecto del trato íntimo
y regalado con que puede honrar á una criatura (a)
y distinguirla de los visionarios fanáticos, en quienes
prevalece tanto el mal espíritu por sus visiones
y apariciones corporales, quiso su Magestad , que las
de esta virgen esclarecida fuesen superiores á estos peligros,
que trascendiesen el poder de Satanás, y la
Santa fuese ilustrada del cielo para demostrarlas, y
prevenirnos contra las ilusiones de las otras. Asi prosiguiendo
el Señor en favorecerla mas expresivamente
cada vez , un dia en la oración le mostró nuestro
Señor Jesucristo sus manos sacratísimas que ella vid
distintamente con los ojos de la alma , los que en su
idioma son la imaginación ilustrada con ía luz divina.
Vid las manos solas: visión que tiene apoyos en
las de los Patriarcas y Profetas, pero que el lleno de
ella la colmo de admiración , suavidad , deleyte y
seguridad del principio de todo bien de quien dimanaba.
Otro dia se adelanto mas la visión , y dejándosele
ver su divino rostro adornado de tanta hermosura
, magtstad y grandeza, que quedo absorta,
no pudíemio haber imaginado antes, ni formar después
idea de belleza semejante. Así por partes la fue
(a) Aunque la Santa Madre tuvo también visiones corporales, pero fueron
todas eiias. con IOÍ leAsfea y notas'que las acreditaron por de Dios, y las
distinguían de las ilusiones de Satanás.