Santidad, Gloria y Prodigios de Santa Teresa de Jesus Tomo I

FELTPE 11. (74) PAULO IV.
Así refiere Santa Teresa el término que puso Dios
á los temores de su espíritu, y no solo la asegmo'
su asistencia y dirección , sino que siendo obras las
palabras del Señor , estas le infundieron fortaleza y
superioridad sobre los demonios , y á estos cobardia
y temor á ella. Vengan ahora los de la consulta á caracterizar
de ilusa á Teresa, y á atribuir al dtm^iio
quanto singular hay en ella. Se les responderá io mismo
que Jesucristo á los Judíos, quando le imputaban
que en virtud de Beelcebud obraba sus prodigios. Poseía
ya la sabiduría celestial, y ni el demonio podia
franquearle los aumentos de ella con que esta virgen
había de brillar , ni los hombres medir con sondas
comunes su fondo. Para el vuelo eIt?vado de su espíritu
no le hizo falta el uso de la BibÜa en lengua
vulgar, prohibida con motivos justos por entonces, pi>es
como lo acredito la experiencia , el Stñor la aseguro,
que él mismo le seria libro vivo en adelante. Libro
precioso, en que reyna la verdad sin sofismas , ni sistemas,
ni opiniones : estudio exquisito, en que se aprende
sín error ni equivocación , y se conserva con teson
lo aprendido en él , sín dar lugar ai olvido : libro
grande , en el que como lo presente se contiene
lo pasado y lo futuro , cuyos sucesos vistos allí los
anunciaba con anticipación en tiempos convenientes»
Satisfecha de las evidencias que Dios le hacia de sí,
llena de rendimiento y amor las agradecía, pero quisiera
que sus fiscales estuviesen enterados como ella
de la verdad. No les era fácil, ni su disposición se
lo permitía. Ella buscaba en la protección de ios santos
, medios para allanarlo todo. A los que dirigid
el empeño eran San-Miguel y San Hilarión, y Dios
le añadid dos protectores mas , San Pedro y San
Pablo. En sus días le hizo las mercedes mas singulares
que hasta entonces habia recibido , y las que le
(Í558.) aseguraban mas la protección divina. Se le (43.)
imprimió proíundamente , sin poder evitarlo ni dudar
, la presencia de Jesucristo junto á sí que por to-