Santidad, Gloria y Prodigios de Santa Teresa de Jesus Tomo I

FELIPE ti. (72) TAVLÚ IV.
rabaíi su sexo , SLI estado y situación actual en sentir
de aquellos Teólogos , la afligían al verse (según
elíos ) baxo un señor tan tirano. Pero el mérito de
su docilidad la hizo hallar al pie de ios altares y
en el recurso á Dios toda la recompensa, que podia
desear. Su Magestad interesaba su propio honor en no
permirir al demonio, que usurpase por sí , ni se 1^
atribuyese (a) por otros el influxo y señorío sobre
Teresa , y ser el principio de tanto bien , como ni
que pasase por mal. Ella deseaba ansiosamente lo mismo
quando derramaba su corazón al pie de los altares. Allí
aJ percibir, como solia, la ilustración divina é incendios
amorosos de su corazón, se sobresalta, teme de
mitvo , y sospecha de todo acosada de los consultores.
Estando en esta perplexidad , una serenidad y
alegría íntima , precursora de la venida del Altísimo,
Je suspende todas sus potencias , calma su interior , y
derramando en él la unción divina, la prepara para
que la habla poderosa del Señor haga la impresión correspondiente
en ella (b). wNo hayas miedo , hija
jimia, que yo soy; no te desampararé , no temas:
«estando antes en gran fatiga (prosigue la Santa ) so-
»Ias estas palabras bastaron para quitármela , y quieíítarme
del todo. Heme aquí con solas estas palabras
«consolada, con fortaleza, con ánimo j con seguridad,
(a) Ha sucedido y aun puede suceder , como en Santa Teresa y otros San»
tos , que algún director , y otros exáminadores de almas privilegiadas se equivoquen
en el concepto que formen de ellas ; y otros también engañarse en
aprobar por bueno un mal espíritu. De uno y otro hay exemplos bastante lastimosos.
Dios por sus altos juicios ha. permitido estas equivocaciones , pero al
fin se ha descubierto lo bueno y lo malo , y corresponde asi al orden de su
providencia para el buen gobierno de las almas , y crédito de la esposa de
Jesucristo la Iglesia católica , cuyo carácter es la verdad , y el acierto seguro
con perpetuidad está consignado al juicio supremo de la Iglesia. Esta ha
dado reglas seguras para la acertada conducta de los directores de almas y no
es responsable al descuido ó muía aplicación que de ellas se haga. Pero á
las almas buenas y de recto camino , su paciencia les aumentara el mérito,
y las sacará con felicidad. La gracia de discernir espíritus , no es común á
todos los padres espirituales y teólogos, y Dios la da á quien quiere solamenff*
(b) Su Vida c. 25.