Santidad, Gloria y Prodigios de Santa Teresa de Jesus Tomo I

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FELIPE II. (69) PAULO IV. dables las raterías y nonadas de esta vida mortal , sus viles adentros baxo un exterior brillante y placentero , y los desprecia como es justo. No es común en la tierra tanta gracia y elevación, y en esta misma singularidad tropieza la desconfianza que se tiene de quanto es superior á la comprensión humana. Su confesor admira estas operaciones extraordinarias de su espíritu. Los que antes la trataban por motivos de parentesco , de piedad , d por sus bellas prendas, se agravian del desprendimiento y desvio que le inspira su mayor desengaño, cuyo origen y motivo ignoran. El freqüente mal de corazón que se miraba como un accidente regular familiarizado con ella, ya da lugar á conceptos siniestros: sus nuevas suspensiones y raptos , y su atención irresistible al trato íntimo á que Dios la llamaba en su interior , presentaban al juicio humano , tocado de preocupación, síntomas sospechosos de mal espíritu. Una junta de cinco ó seis sabios reputados por grandes siervos de Dios, determinan que el Demonio es autor de quanto aparece extraordinario en ella. La privan de la freqüencia de sacramentos, y de la soledad que era todo su recreo. Unos burlan de ella : otros no reparan en publicar ia ilusión supuesta : todos contra la santa virgen. (*) A su confesor le previenen se guarde de eüa , el que aunque en lo oculto la consuela y anima , no dexa de contemporizar con los de la consulta. Teresa puesta en oración no duda de la rectitud de su camino, y aun Dios mismo le asegura ser el quien le asiste : pero jsalida de la oración , á fuerza de la persuasión contraria de tantos , se le hace escrilpulo no ser del parecer de ellos , y piensa ser (*) Siempre se hi reputado por la mayor y mas sensible persecución de I01 Justo? , la que suscitan y exentan los bntnos baxo el motivo y color de virtn,i y veMad. Es Stfmatneñte piligrosa pa.a unos y otros. Los Mártires te- "lan á su fivor pábUcainente la verdad y la justicia de su causa, y la irre- IiRion de los tiranos , lo que falta en la otra , y con tituye a los ju»toi eq •ituacion mas aflictiva, como sucedió á Teresa CÜ utt lance.

FELIPE IT. (70) PAULO lY. poca humildad suya no creerlos. Por mas que de o'rden de sus consultores repugne oír las hablas interiores , Dios que le habla , y su palabra omnipotente que penetra los cielos igualmente que los abismos, se hace oír sin resistencia en el corazón de Teresa, y ella sin poderlo evitar oye claramente quanto Dios es servido decirle. Quando dexada algunos momentos en brazos de su natural , le oprime el alma pensar que era posible le hablase tantas veces el demonio , y temerosa de sus enge ños , como persona espantada de tanta tribulación , alborotada , afligida , y sin saber que hacer de sí , se postra al pie de un altar en su oratorio , y reanimando su espíritu , aviva todos los sentimientos de amor y confianza , y dice al Señor «Como sois el verdadero amigo , y como poderoso, «quando queréis podéis , y nunca dexais de querer «si os quieren. Alábenos todas las cosas del mundo. «{O quien diese voces por él para decir quan ñei sois «á vuestros amigos ! todas las cosas faltan : Vos , Se- «ñor , de todas ellas nunca faltáis. Poco es lo que de- «xais padecer á quien os ama. ¡O Señor mió , qué de- "licada y sabrosamente lo sabéis tratar ! ¡ O quien «nunca se hubiera detenido en amar á nadie sino á «Vos! Parece , Señor , que probáis con rigor á quien «os ama para que en el extremo del trabajo se en- «tienda el mayor extremo de vuestro amor. ¡ O Dios «mió , quien tuviera entendimiento , letras , y nue- "vas palabras para encarecer vuestras obras , como lo «entiende mi alma ! fálteme todo , Señor mió , mas «si vos no me desamparáis , no os faltaré yo á vos. «Levántense contra mí todos los letrados : persíganme «rodas las cosas criadas : atorméntenme todos los de- ^monios : no me faltéis Vos , Señor , que yo tengo «experiencia de la ganancia con que sacáis á quien «en solo Vos confia." Tales eran los discursos de un entendimiento ilustrado: tales las efusiones del cora- {f^ Su Vida c. aj.

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poca humildad suya no creerlos. Por mas que <strong>de</strong> o'r<strong>de</strong>n<br />

<strong>de</strong> sus consultores repugne oír las hablas interiores<br />

, Dios que le habla , y su palabra omnipotente que<br />

penetra los cielos igualmente que los abismos, se hace<br />

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sin po<strong>de</strong>rlo evitar oye claramente quanto Dios es servido<br />

<strong>de</strong>cirle. Quando <strong>de</strong>xada algunos momentos en<br />

brazos <strong>de</strong> su natural , le oprime el alma pensar que<br />

era posible le hablase tantas veces el <strong>de</strong>monio , y temerosa<br />

<strong>de</strong> sus enge ños , como persona espantada <strong>de</strong><br />

tanta tribulación , alborotada , afligida , y sin saber<br />

que hacer <strong>de</strong> sí , se postra al pie <strong>de</strong> un altar en su<br />

oratorio , y reanimando su espíritu , aviva todos los<br />

sentimientos <strong>de</strong> amor y confianza , y dice al Señor<br />

«Como sois el verda<strong>de</strong>ro amigo , y como po<strong>de</strong>roso,<br />

«quando queréis podéis , y nunca <strong>de</strong>xais <strong>de</strong> querer<br />

«si os quieren. Alábenos todas las cosas <strong>de</strong>l mundo.<br />

«{O quien diese voces por él para <strong>de</strong>cir quan ñei sois<br />

«á vuestros amigos ! todas las cosas faltan : Vos , Se-<br />

«ñor , <strong>de</strong> todas ellas nunca faltáis. Poco es lo que <strong>de</strong>-<br />

«xais pa<strong>de</strong>cer á quien os ama. ¡O Señor mió , qué <strong>de</strong>-<br />

"licada y sabrosamente lo sabéis tratar ! ¡ O quien<br />

«nunca se hubiera <strong>de</strong>tenido en amar á nadie sino á<br />

«Vos! Parece , Señor , que probáis con rigor á quien<br />

«os ama para que en el extremo <strong>de</strong>l trabajo se en-<br />

«tienda el mayor extremo <strong>de</strong> vuestro amor. ¡ O Dios<br />

«mió , quien tuviera entendimiento , letras , y nue-<br />

"vas palabras para encarecer vuestras obras , como lo<br />

«entien<strong>de</strong> mi alma ! fálteme todo , Señor mió , mas<br />

«si vos no me <strong>de</strong>samparáis , no os faltaré yo á vos.<br />

«Levántense contra mí todos los letrados : persíganme<br />

«rodas las cosas criadas : atorméntenme todos los <strong>de</strong>-<br />

^monios : no me faltéis Vos , Señor , que yo tengo<br />

«experiencia <strong>de</strong> la ganancia con que sacáis á quien<br />

«en solo Vos confia." Tales eran los discursos <strong>de</strong> un<br />

entendimiento ilustrado: tales las efusiones <strong>de</strong>l cora-<br />

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