Santidad, Gloria y Prodigios de Santa Teresa de Jesus Tomo I
fiíLTPE IT. (6l) PAULO IV, «fui mejorando mucho desde entonces." Después de este pasaj-e descubre con mayor claridad la magestad y grandeza divina , cuyo proceder benigno con ella le pasma , la deshace mas en su nada , y le aviva su ansia hacia su bondad amabilísima. Son perfectas las obras de Dios , y quiso fuese esta la hora de perfeccionar ía que executaba con Teresa. Por lo que así como á tiempo á propósito puso las epístolas de San Pablo en las manos de Augustino para terminar su conversión , puso ahora las confesiones de Augustino en las manos de Teresa para f>erf ccionar su consolidación. Es verdad que su inocencia no
fElWE !!• (62) VAVLO IT. CAPITULO QUINTO. VIOS E M P I E Z A A FAVORECER extraordinariamente á Teresa , y ella á obrar mas á satisfacción de su magestad. Años de Cristo. Edad de la Santa* 1557- 42. Q uanto hay corruptible y sujeto á mudanzas todo tiene fin : Dios ha fixado en todo su término, que no pasará jamas. Ni el dia ni la noche empezarán y acabarán sino en el instante que el criador les nene señalado. La luz y las tinieblas son sus ministros que aquí executan fielmente su voluntad. Este pasage diario y maravilloso de la noche al dia , en que parece que toda la naturaleza adquiere nueva vida y hermosura , por su repetición tan freqiiente no produce en nosotros la reflexión y sorpresa que se merece, y mas quando descubrimos, que esta operación representa la que executa Dios con las almas de los justos. La diferencia grande del dia y de la noche, de la luz y las tinieblas depende de la aparición ó retiro del sol ; y esta misma diversidad sucede en los justos quando Dios se les esconde , o su presencia se hace perceptible en ellos. Todas las bellezas y utilidades i que de dia nos proporciona ese astro luminoso, no son comparables con las de una alma á quien después de las penas y obscuridad del crisol y purgación mística, se le hace perceptible la asistencia del Señor. Es la imagen viva de la trasformacion de Teresa con la presencia mas expresiva de su Dios en ella. El Señor por si mismo habia prescrito la duración de aquella noche y purificación, y esta fue la hora dichosa en que empezó á brillar en su a-iru el Sol de justicia comunicándole los resplandores que suele concc 1er á los santos mas privilegiados en esta vida. Ya
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QUINTO.<br />
VIOS E M P I E Z A A FAVORECER<br />
extraordinariamente á <strong>Teresa</strong> , y ella á obrar mas á<br />
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Años <strong>de</strong> Cristo.<br />
Edad <strong>de</strong> la <strong>Santa</strong>*<br />
1557- 42.<br />
Q uanto hay corruptible y sujeto á mudanzas todo<br />
tiene fin : Dios ha fixado en todo su término, que<br />
no pasará jamas. Ni el dia ni la noche empezarán y<br />
acabarán sino en el instante que el criador les nene<br />
señalado. La luz y las tinieblas son sus ministros que<br />
aquí executan fielmente su voluntad. Este pasage diario<br />
y maravilloso <strong>de</strong> la noche al dia , en que parece<br />
que toda la naturaleza adquiere nueva vida y hermosura<br />
, por su repetición tan freqiiente no produce<br />
en nosotros la reflexión y sorpresa que se merece, y<br />
mas quando <strong>de</strong>scubrimos, que esta operación representa<br />
la que executa Dios con las almas <strong>de</strong> los justos.<br />
La diferencia gran<strong>de</strong> <strong>de</strong>l dia y <strong>de</strong> la noche, <strong>de</strong><br />
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justos quando Dios se les escon<strong>de</strong> , o su presencia<br />
se hace perceptible en ellos. Todas las bellezas y utilida<strong>de</strong>s<br />
i que <strong>de</strong> dia nos proporciona ese astro luminoso,<br />
no son comparables con las <strong>de</strong> una alma á quien<br />
<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> las penas y obscuridad <strong>de</strong>l crisol y purgación<br />
mística, se le hace perceptible la asistencia <strong>de</strong>l<br />
Señor. Es la imagen viva <strong>de</strong> la trasformacion <strong>de</strong> <strong>Teresa</strong><br />
con la presencia mas expresiva <strong>de</strong> su Dios en ella.<br />
El Señor por si mismo habia prescrito la duración <strong>de</strong><br />
aquella noche y purificación, y esta fue la hora dichosa<br />
en que empezó á brillar en su a-iru el Sol <strong>de</strong><br />
justicia comunicándole los resplandores que suele concc<br />
1er á los santos mas privilegiados en esta vida. Ya