Santidad, Gloria y Prodigios de Santa Teresa de Jesus Tomo I

FELIPE 11. (56) PAULO TV.
ei que ias recibe. Dios por este tiempo disponía á Teresa
para la perfecta unión consigo mismo, y aii ique
la favorecía con singularidad en los grados penusos
de preparación, no dexó de pasar lentamente por ellos,
sin cjue á pesar del grande amor que Ja tenia, le concediese
una dispensa que estaba en su querer^ La misni!
Teresa asegura repetidas veces qne su alma no se
llevaba por temor , sino por amor. Desde el principio
de estos caminos la penitencia y el amor exprimian
sus lágrimas. Las de aquella eran de dolor , las del
otro de ternura : se confundían agradablemente unas
con otras, porque el Dios ofendido » y el Dios amado
ante quien caian , era el mismo. Sabía muy bien
que en la religión de Jesucristo el amor sin la penitencia
es una flor sin fruto , que no tiene sino apariencia:
que la penitencia sin el amor es un fruto silvestre,
que no tiene sino amargura , sin poder servir de
lo , al trayrfor y al esclavo , igualmente que al justo , al fiel . al hijo y al
ímigo. Tenemos la satisfacción de oponer la doctrina de Tereía al íieresiarca Molinos
, enemigo de todo buen órden y mortificación, á mas de detestar su error
por un principio ce equidad y de adhesión a la doctrina católica.::: „l.)o-
„nosa manera de buscar á Dios (dice la Santa, su vida cap. n.n. 2.)y luego
«queremos á manos llenas (a manera de decir) tenernos nuestras aficiones, y»
„que no procuramos efectuar nuestros deseos , y no acabarlos de levantar de
„la tierra . y muchas consolaciones espirituales con esto: no viene ni parece
„se compadece esto con eso otro.::; V sobre los cantares, c. n. n. 16 y 17. afia-
,,de la Santa r hay otras almas, que si vais ulminando entenderéis, no están
„exercitadas en la mortificación, y en negar su propia voluntad, y ansi pa-
„rece no se les sale el mundo del cuerpo , y aunque parece están puestas en
,,sufrirlo todo . y ya están santas , mas en negocios/graves del Señor tornan
„á recibir la suya, y dexar la de Dios : parece que el demonio se la enseña."
Noia segunda. Místicos superficiales han aparecido sobre la tierra , y'quizá
no ha acabado aun esta generación perjudicial , que ignorante , 6 nr ücio-
«amente lun querido poner sus sistemas anti-evangélicos al abrigo de Si'nta
Teresa. P.^ro la doctrina auténtica de esfa santa virgen, marcada por todo con
el sello de la cruz , está patente en sus libros , y en su conducta personal*
En el transcurso presente de estos veinta años de su vida se 'ee prácticamente
la purgación y purificación penosa que le fue preciso sufrir para llegar a la
iluminación , unión y trato intimo con Dios. En fin el camino de la perfección
está trazado en la doctrina y espíritu de Santa Teresa con los nrsmos
ca'-jetéres que efi il Evangelio de Jesucristo. Y ocasión Ik^ará en esta obra en
que se vea la publicación de la Identidad de su doctrina con la de los santos
Doctores de la Iglesia, executada en Roma con autoridad Pontificia.