Santidad, Gloria y Prodigios de Santa Teresa de Jesus Tomo I

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CARLOS v. C37) PAULO ni. cielo , contribuya*' a. que le fabricase un oratorio en el monasterio , en el que diese larga rienda á su devoción , sin perdonar gasto a'guno en quantas cosas le ayudasen á fomentarla. Empezó á freqüentarlo muchos ratos , á rezar y leer muy de asiento en él. Hizo pintar imágenes del Señor en varias parres del monasterio. Determinada á compensar á la comunidad las incomodidades y sobresaltos que con sus ausencias y accidentes mortales había ocasionado, con obsequios y buen exemplo. Paia esto se empeño mas que nunca en aparecer irreprehensible, y sin ser pesada á nadie servir á Dios con fervor para llenar sus deberes. La apacibilidad con que lo executaba todo , no podía dexar de distinguirla entre todas, aunque eran ciento y cincuenta. El conjunto de qualidades tan satisfactorias y amables de que estaba adornada , bien presto hizo en su monasterio el placer y admiración de Jas religiosas, las que como mugeres fáciles en decirlo todo y aun mas, picaron con su relación Ja curiosidad de los concurrentes á Jas redes. Se presenta á las visitas, convidada, y persuadida de las que por entonces respetaba por mejores. Allí se gano el primer lugar con su mucha discreción. Este le proporciona una superioridad apreciable sobre Jos espíritus mas adelantados de los concurrentes , dándose por obligada al agradecimiento de los respetos que le tributaban. Era acreedora de la franqueza que las superioras Je daban para las visitas por el buen concepto que de ella tenían, y aun seguridad de su buen porte, pues como dice de sí misma, era incapaz de intentar ni hacer clandestinamente cosa alguna con sospecha de su honor. Favor que confiesa deber á la mano poderosa del Señor, por lo que prosigue en su humilde confesión ^Parecíame á mí (a) "(q ue con advertencia y de proposito "miraba muchas «cosas) qUe poner la honra de tantas en aventura por «ser yo ruin siendo ellas buenas, que era muy mal (•) Su vid. c. g. „, ^

CAULOS V. (38) PAULO IIT. »hecbo, como si fuera bien otras cosas que hacia: á la " verdad na iba el mal de tanto acuerdo como esto fue- «ra; aunque era mucho.1' El interés de sus gracias, y su candor ilustrado con bellos discursos la hacian cada dia mas estimable, y se buscaban mas sus conversaciones. Teresa llego' á percibir el placer y vanidad de esplayar en ellas sus talentos, lastimada de que se hubieran sepultado en flor con el cuerpo que tantas veces estuvo expuesto á ser arrojado en el sepulcro. Pero su amor y su corazón sostenidos con una gracia superior, no padecieron desorden: conocía los términos del amor honesto, cuyas riendas jamas abandono, y nunca piso la raya del sensual é impuro , ni intento' ser culpable en los demás. >;> Aunque yo (dice) (a) he «sido tan ruin , en ninguna de esta suerte yo no caí, »>ni j.imts pretendí hac^r mal, ni aunque pudiera qui- »siera forzar la voluntad para que me la tuvieran, por- «que me guardo' el Señor de esto: mas si me dexara, »>hiciera el mal que hacia en lo demás, que de mí nin- »guna cosa hay que fiar." Mas la freqüencia de visitas largas sin necesidad de uno á otro sexo, y en gente moza mediando atractivos agradables, siempre ha sido y será arriesgada á pesar de qualquicr disculpa ; y según reglas de prudencia , que vista la miseria humana no fallan , dará este riesgo su moralidad á aquel trato: riesgo que á excepción de este milagro singular que Dios obro' en Teresa , y que nadie puede justamente prometérselo, enciende un fuego maligno, que no se apaga hasta después de haber causado estragos. 1.a pérdida del tiempo sí que le hizo conciencia, y la inutilidad de aquellos pasatiempos y vanidades, por haber sido uno y otro causa de su distracción y apartamiento de la oración, que antes la tranquilizaba dulcemente , y llenaba todo su espíritu. Empeñada en el agradecimiento y correspondencia á quien la visitaba, embebida en esta barahunda de ideas exteriores y de {a) Su vid. c. 5. n. 2.

CAULOS V. (38) PAULO IIT.<br />

»hecbo, como si fuera bien otras cosas que hacia: á la<br />

" verdad na iba el mal <strong>de</strong> tanto acuerdo como esto fue-<br />

«ra; aunque era mucho.1' El interés <strong>de</strong> sus gracias, y<br />

su candor ilustrado con bellos discursos la hacian cada<br />

dia mas estimable, y se buscaban mas sus conversaciones.<br />

<strong>Teresa</strong> llego' á percibir el placer y vanidad<br />

<strong>de</strong> esplayar en ellas sus talentos, lastimada <strong>de</strong> que se<br />

hubieran sepultado en flor con el cuerpo que tantas veces<br />

estuvo expuesto á ser arrojado en el sepulcro. Pero<br />

su amor y su corazón sostenidos con una gracia superior,<br />

no pa<strong>de</strong>cieron <strong>de</strong>sor<strong>de</strong>n: conocía los términos<br />

<strong>de</strong>l amor honesto, cuyas riendas jamas abandono, y<br />

nunca piso la raya <strong>de</strong>l sensual é impuro , ni intento'<br />

ser culpable en los <strong>de</strong>más. >;> Aunque yo (dice) (a) he<br />

«sido tan ruin , en ninguna <strong>de</strong> esta suerte yo no caí,<br />

»>ni j.imts pretendí hac^r mal, ni aunque pudiera qui-<br />

»siera forzar la voluntad para que me la tuvieran, por-<br />

«que me guardo' el Señor <strong>de</strong> esto: mas si me <strong>de</strong>xara,<br />

»>hiciera el mal que hacia en lo <strong>de</strong>más, que <strong>de</strong> mí nin-<br />

»guna cosa hay que fiar." Mas la freqüencia <strong>de</strong> visitas<br />

largas sin necesidad <strong>de</strong> uno á otro sexo, y en gente<br />

moza mediando atractivos agradables, siempre ha sido<br />

y será arriesgada á pesar <strong>de</strong> qualquicr disculpa ; y<br />

según reglas <strong>de</strong> pru<strong>de</strong>ncia , que vista la miseria humana<br />

no fallan , dará este riesgo su moralidad á aquel<br />

trato: riesgo que á excepción <strong>de</strong> este milagro singular<br />

que Dios obro' en <strong>Teresa</strong> , y que nadie pue<strong>de</strong> justamente<br />

prometérselo, encien<strong>de</strong> un fuego maligno, que<br />

no se apaga hasta <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haber causado estragos.<br />

1.a pérdida <strong>de</strong>l tiempo sí que le hizo conciencia, y<br />

la inutilidad <strong>de</strong> aquellos pasatiempos y vanida<strong>de</strong>s, por<br />

haber sido uno y otro causa <strong>de</strong> su distracción y apartamiento<br />

<strong>de</strong> la oración, que antes la tranquilizaba dulcemente<br />

, y llenaba todo su espíritu. Empeñada en el<br />

agra<strong>de</strong>cimiento y correspon<strong>de</strong>ncia á quien la visitaba,<br />

embebida en esta barahunda <strong>de</strong> i<strong>de</strong>as exteriores y <strong>de</strong><br />

{a) Su vid. c. 5. n. 2.

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