Santidad, Gloria y Prodigios de Santa Teresa de Jesus Tomo I
CARLOS r. (35) ' PAULO m. «prut-be quien no lo creyere , y verá por experien- »cia e! gran bien que e< encomendarse á este glorio- >>so Patriarca , y tenerle devoción.::: Así, pues, él hi- >»zo como quien es en hacer de manera que pudie- «se levantarme y andar , y no estar tullida." Este lance tan singular en la vida de Santa Teresa , que hace tanto honor al Patrocinio de San José, y al recurso a él, sirve para recomendarlo, y al mismo tiempo manifestar ta oposición de la doctrina de esta Sauta Doctora con la de Lutero sobre la invocación de los Santos, y su protección. La Iglesia católica nos presenta á los Santos viviendo en la tierra como modelos y exemplares de virtud; y triunfantes en el cielo como á amigos de Dios , el qual los premia no solo con darles á ellos su bienaventuranza , sino también con hacer favores por su respeto á los que solicitan el valimiento que gozan con su divina Mugestad. Los Carmeliías, establecidos en la Europa por San Luis Rey de Francia , que los traxo consigo desde el Oriente, nunca han mirado como nueva la devoción á este glorioso Santo en sus dáustros. Los Carmelitas, por suerte dichosa , la bebieron en su misma fuente. Santa Teresa, ya Carmelita por su hábito y profesión, ayudada de este apoyo doméstico hizo en sus necesidades extremas el primer recurso público á José, y con tan buen éxito como ella dice. Su genio agradecido y sus repetidas experiencias posteriores la hicieron una de las almas mas enamoradas que ha reconocido este Santo; y sus escritos y empresas son una ilustre apología y elogio de su poderío universal. £1 atractivo singular que todas las cosas de Santa Teresa llevan gefleralinente consigo , ha fixado hacia ésta la atención comun de Jos cristianos, con una particularidad tan especial, qUe apenas hay en ei ¿1% ¿c h0y pc,eblo ni templo donde no resuenen las alabanzas de Jo;é, y el agradecimiento ú los favores que dispensa á sus devoro5» Gloria á Dios , que para consuelo de la Iglesia en cstos tiempos tan necesitados de piedad verdadera, es-
CARLOS V. ^ (36) PAULO ITT. tá el mundo católico lleno de Clílto á San José, y de devotos suyos, siguiendo el exempío y persuaciones de esra Virgen esclarecida que ha contribuido tanto á su propagación*. CAPITULO SEGUNDO. EXPERIMENTA T PADECE SANTA TERESA estrañas alternati'vas de salud y de fermor en su cuerpo y en su espíritu. Años de Cristo. Edad de la Santa. 1542. 27. esde el momento en que esta Santa Virgen , tan favorecida con el Patrocinio de San José, se vid de muerta viva, victoriosa de tantas enfermedades mortales , que á un mismo tiempo la acosaban , determino emplear su nueva vida en obsequio de aquel Señor , que graciosamente se la daba. Agradecida á Dios á quien sabia deber tanto , le consagra su entendimiento y su amor; y no quiere otro trato que el de su Divina Magestad en soledad y oración, ni otras ocupaciones que los exercicios santos que su reconocimiento ie dicta. El Padre, deseoso de complacer á su hija , que de nuevo la creyó dada del Nata. * Que los Santos ya pToríosos en «I cielo puedan favorecernos desde allí con su intercesión , y que nosotros pía y lícitamente recurramos á ellos para que nieguen á Dios por nosotros, y nos favorezcan así «n nuestras necesidades , es artículo de creencia en la Iglesia católica , y consta con evidencia de la sagrada Escritura , de la tradición de los Padres , y de los anales eclesiásticos. La doctrina contraria esta condenada como herética , y ha sida impugnada por los católicos que combatieron victoriosainente á sus autores Vigüancio , Uvaldenses Luthero y otros, £1 Angélico Doctor Santo Thomás in lib. 4. sent. dlst. 45. q. 3. nos enselíó los varios modos por los que lus Santos pueden saber nuestras necesidades, y súplicas que les hacemos; y D irando lib. 4. sent. dist. 45. q. 8. fundado en San Agustín , prueba demostrativa' mente que de ser los Santos medianeros "^ntre Dioo y los hombres, les corresponde saber por revelación divina nuestras •oraciones dirigidas á ellos, 1° ¿¡ue hace ea parte su gloria accidental.
- Page 1 and 2: ' ^ SANTA HIERESA;.
- Page 3 and 4: NOTA A LOS SS. IMPRESORES. Esta obr
- Page 5 and 6: para su crédito* La sublimidad y t
- Page 7 and 8: arla, en solicitar el gran valimien
- Page 9 and 10: cisitud de las cosas humanas ha sid
- Page 11 and 12: delirios y tinieblas, han de ju2gar
- Page 13 and 14: lígiosas de todas las Órdenes la
- Page 15 and 16: la Santa que había empezado de ord
- Page 17 and 18: O) ciso dar una idea oportuna del s
- Page 19 and 20: cion se estableció en Roma la cong
- Page 21 and 22: CARLOS V. (6) lEONT X. puso en el r
- Page 23 and 24: V CAHIOS V. (8) CLEMENTE VTT. lo V
- Page 25 and 26: CARIOS. V. '(ro.) CtEMENTE VTt y so
- Page 27 and 28: CARLOS V. (12) CLEMENTE Vil, tienen
- Page 29 and 30: CARLOS V, (14) CLHK£NT£ VTT. esta
- Page 31 and 32: CARLOS V. (16) CLEMENTE VH, los Ang
- Page 33 and 34: CARLOS V. PAULO. Úli CAPITULO QUAR
- Page 35 and 36: CARLOS V. (20) PAULO 111. espiritua
- Page 37 and 38: JARLOS V. (22) PAULO ni. (1537,) di
- Page 39 and 40: CARLOS V. (24) PAULO Tlf. Por la ve
- Page 41 and 42: CARIOS. V. (26) PAULO TTI. constern
- Page 43 and 44: GARLOS V. (2§) PAULO IIT. LIBRO SE
- Page 45 and 46: C ATI LOS V. (30) PAULO m. mismo Se
- Page 47 and 48: CARLOS V. (32) PAULO Til, á quien
- Page 49: CARLOS V. (34) PAULO Tlf. »quc com
- Page 53 and 54: CAULOS V. (38) PAULO IIT. »hecbo,
- Page 55 and 56: CARLOS V,. .(4°) PAULO III. maba e
- Page 57 and 58: CARLOS V. ^ (42) PAULO TTT. titud a
- Page 59 and 60: FELIPE TI. (44) ?AÜLO IT. enojo vi
- Page 61 and 62: FELIPE n. ^ (46) PATTIO IV. «tan m
- Page 63 and 64: FELIPE IT. (48) PAULO IV. i>de pros
- Page 65 and 66: FELIPE IT. (50) PAITIO IV. maestros
- Page 67 and 68: FELIPE 11. C52) PAULO IT. cicio de
- Page 69 and 70: FELIPE rr. (54) PAULO IV. su Dios ,
- Page 71 and 72: FELIPE 11. (56) PAULO TV. ei que ia
- Page 73 and 74: FELIPE IT. C58) PAULO IV. Dios que
- Page 75 and 76: FELIPE II. (60) TÁV10 TV. su atenc
- Page 77 and 78: fElWE !!• (62) VAVLO IT. CAPITULO
- Page 79 and 80: FELIPE IT. (^4) . PAULO TV. videnci
- Page 81 and 82: íUPE R. (66) PAULO IT. »>como qui
- Page 83 and 84: FELIPE II. (68j PAULO IV. traio mas
- Page 85 and 86: FELIPE IT. (70) PAULO lY. poca humi
- Page 87 and 88: FELIPE ti. (72) TAVLÚ IV. rabaíi
- Page 89 and 90: FELTPE 11. (74) PAULO IV. Así refi
- Page 91 and 92: FELIPE TL (7^)) PAULO IV. disponien
- Page 93 and 94: FELIPE TI. (78) PAULO IT» mo de aq
- Page 95 and 96: FELIPE IT. (80) PAULO IV, ?jfin , y
- Page 97 and 98: FELIPE H. C^2) PAULO TV. «presenta
- Page 99 and 100: FELIPE IT. C84) PAUIO IV. »dria pe
CARLOS r. (35) ' PAULO m.<br />
«prut-be quien no lo creyere , y verá por experien-<br />
»cia e! gran bien que e< encomendarse á este glorio-<br />
>>so Patriarca , y tenerle <strong>de</strong>voción.::: Así, pues, él hi-<br />
>»zo como quien es en hacer <strong>de</strong> manera que pudie-<br />
«se levantarme y andar , y no estar tullida." Este<br />
lance tan singular en la vida <strong>de</strong> <strong>Santa</strong> <strong>Teresa</strong> , que<br />
hace tanto honor al Patrocinio <strong>de</strong> San José, y al recurso<br />
a él, sirve para recomendarlo, y al mismo tiempo<br />
manifestar ta oposición <strong>de</strong> la doctrina <strong>de</strong> esta Sauta<br />
Doctora con la <strong>de</strong> Lutero sobre la invocación <strong>de</strong> los<br />
Santos, y su protección. La Iglesia católica nos presenta<br />
á los Santos viviendo en la tierra como mo<strong>de</strong>los<br />
y exemplares <strong>de</strong> virtud; y triunfantes en el cielo como<br />
á amigos <strong>de</strong> Dios , el qual los premia no solo con<br />
darles á ellos su bienaventuranza , sino también con<br />
hacer favores por su respeto á los que solicitan el valimiento<br />
que gozan con su divina Mugestad. Los Carmeliías,<br />
establecidos en la Europa por San Luis Rey<br />
<strong>de</strong> Francia , que los traxo consigo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el Oriente,<br />
nunca han mirado como nueva la <strong>de</strong>voción á este glorioso<br />
Santo en sus dáustros. Los Carmelitas, por suerte<br />
dichosa , la bebieron en su misma fuente. <strong>Santa</strong> <strong>Teresa</strong>,<br />
ya Carmelita por su hábito y profesión, ayudada<br />
<strong>de</strong> este apoyo doméstico hizo en sus necesida<strong>de</strong>s<br />
extremas el primer recurso público á José, y con tan<br />
buen éxito como ella dice. Su genio agra<strong>de</strong>cido y<br />
sus repetidas experiencias posteriores la hicieron una<br />
<strong>de</strong> las almas mas enamoradas que ha reconocido este<br />
Santo; y sus escritos y empresas son una ilustre apología<br />
y elogio <strong>de</strong> su po<strong>de</strong>río universal. £1 atractivo<br />
singular que todas las cosas <strong>de</strong> <strong>Santa</strong> <strong>Teresa</strong> llevan gefleralinente<br />
consigo , ha fixado hacia ésta la atención<br />
comun <strong>de</strong> Jos cristianos, con una particularidad tan especial,<br />
qUe apenas hay en ei ¿1% ¿c h0y pc,eblo ni<br />
templo don<strong>de</strong> no resuenen las alabanzas <strong>de</strong> Jo;é, y el<br />
agra<strong>de</strong>cimiento ú los favores que dispensa á sus <strong>de</strong>voro5»<br />
<strong>Gloria</strong> á Dios , que para consuelo <strong>de</strong> la Iglesia en<br />
cstos tiempos tan necesitados <strong>de</strong> piedad verda<strong>de</strong>ra, es-