Santidad, Gloria y Prodigios de Santa Teresa de Jesus Tomo I
CARLOS V. (33) PAULO IH. que salid á buscar fuera áci monasterio, se retiro á el al cabo de los tres años con la piel sola sobre ios huesos, y con un cuerpo todo llagado y contrahecho. Pasados ocho meses en este estado de congoja y de dolor, quedo menos lastimada y condolida , pero aparecid tullida, y así perseverd tres años. Dios nunca priva de un bien á sus siervos, sino para darles otro mayor, y cooperando la criatura con su docilidad y resignación al drden de la providencia , la felicidad es su fin y su corona. Teresa en sus trabajos espantosos no se permitid á sí misma el corto alivio de quejarse , y si su disimulo hubiera podido vencer y cubrir sus dolencias, nadie las habria sabido. Dios le presentaba por su mano el cáliz amargo, ella lo bebid hasta las heces , y no quería otro testigo de la magnanimidad de su corazón , que á él. Ni sus aflicciones mas temibles que la muerte, ni sus enfermedades y dolores mas penosos que qualquier suplicio, la distraxeron de la oración á que Dios la conducía, y por la que á ella y á todos habían de venir tantos bienes. De sus tribulaciones cristianizadas por la continua y fervorosa oración, saed por fruto las virtudes excelentes que sirvieron de cimiento ásu santidad. »Gran cosa (a) fue (dice) h «berjjme hecho la merced en la oración , que me habla liejjeho, que me hqcia entender qué cosa era amarlo. Por- ^jque aquel poco tiempo vi nuevas en raí estas virtuwdes:::: Quédeme deseo de soledad, amiga de tratar 9>y hablar de Dios, y si hallara con quien, mas conwtentó y recreación me daba que toda^ la pulicia d «grosería, por mejor decir, de la conversación del «mundo. Confesar y comulgar muy amenudo. Amtguí- »sima de leer buenos libros: un grandísimo arrepenti- "miento en habiendo ofendido á Dios, que muchas ve- 3,ces me acuerdo que no osaba tener oración, porque «temía la grandísima pena que había de sentir en ha- «berle ofendido, como un gran castigo. Esta me fue ••creciendo después en tanto extremo, que no sé yo a (a) Su vid. c. 6. n. 3. F2
CARLOS V. (34) PAULO Tlf. »quc comparar este tormento. Y no era por temor ja- «ma?» , sino como se me acordaba los regalos que el «Señor me hacia en la oración, y lo mucho que Je des»bia , y veía quan mal se lo pagaba , y no lo podía «sufrir." Aunque protestaba escaria en los mismos trabajos de buena gana toda su vida , si de eso fuera Dios servido , sin oponerse á esa voluntad generosa. Ja tenia también de caminar á la mejora de su aíma por las virtudes que la salud le facilitase. A esre ñn hizo lo que sigue (a). »>Tome por abogado y Señor al «glorioso San José, y encomendeme mucho á é!. Vi »c!aro que así de esta necesidad como de otras mayowrc* de honra y pérdida de alma , este Padre y Stñor «mió, me sacó con mas bien que yo le sabrá pedir. «No me acuerdo hasta ahora haberle suplicado cosa «que la haya dexado de hacer. Es cosa que espanta «las grandes mercedes que me ha hecho Dtos por me- «Jio de este bienaventurado Santo, de los peligros que «me ha librado así de cuerpo como de alma. Que á «otros Santos parece les did Dios gracia para socorrer «en una necesidad : este glorioso Santo tengo por ex- «periencia que socorre en todas, y que quiere el Se- «iior darnos á entender , que así como le fue sujeto «^n la tierra (que como tenía nombre de Padre, sien- « lo Ayo, le podía mandar) así en el-cielo hace quan- «ro le pide. Esto han visto algunas otras personas (a «quien yo decía se encomendasen a él) también por «experiencia, y hay muchas que le son devotas. De «nuevo he experimentado esta verdad. Querría yo per- «suadir á todos fuesen devotos de este glorioso Santo, «por la gran experiencia que tengo de los bienes que «alcanza de Dios. No he conocido persona que de ve- »ras le sea devota y haga particulares servicios, que «no la vea mas aprovechada en la virtud , porque «aprovecha en gran manera á las almas que á él se «encomiendan. Se lo pido por amor de Dios que lo («) Su vid. e, (f. a. 3.
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«ma?» , sino como se me acordaba los regalos que el<br />
«Señor me hacia en la oración, y lo mucho que Je <strong>de</strong>s»bia<br />
, y veía quan mal se lo pagaba , y no lo podía<br />
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<strong>de</strong> buena gana toda su vida , si <strong>de</strong> eso fuera<br />
Dios servido , sin oponerse á esa voluntad generosa.<br />
Ja tenia también <strong>de</strong> caminar á la mejora <strong>de</strong> su aíma<br />
por las virtu<strong>de</strong>s que la salud le facilitase. A esre ñn<br />
hizo lo que sigue (a). »>Tome por abogado y Señor al<br />
«glorioso San José, y encomen<strong>de</strong>me mucho á é!. Vi<br />
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<strong>de</strong> honra y pérdida <strong>de</strong> alma , este Padre y Stñor<br />
«mió, me sacó con mas bien que yo le sabrá pedir.<br />
«No me acuerdo hasta ahora haberle suplicado cosa<br />
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«me ha librado así <strong>de</strong> cuerpo como <strong>de</strong> alma. Que á<br />
«otros Santos parece les did Dios gracia para socorrer<br />
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«experiencia, y hay muchas que le son <strong>de</strong>votas. De<br />
«nuevo he experimentado esta verdad. Querría yo per-<br />
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«por la gran experiencia que tengo <strong>de</strong> los bienes que<br />
«alcanza <strong>de</strong> Dios. No he conocido persona que <strong>de</strong> ve-<br />
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«no la vea mas aprovechada en la virtud , porque<br />
«aprovecha en gran manera á las almas que á él se<br />
«encomiendan. Se lo pido por amor <strong>de</strong> Dios que lo<br />
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