Santidad, Gloria y Prodigios de Santa Teresa de Jesus Tomo I

CARLOS V. (24) PAULO Tlf.
Por la verdad tuvo no pocas veces que sufrir , pero
jamás la disimulo'. Aborreció, siempre la hipocresía,
y 110 permitió se eugaíusen los demás en el concepto
ventajoso que de ella hacian, qmndo no era así:
aunque tenia la particular habilidad de desvanecer
Jos elogios que daban á las virtudes que en ella conocían
, llegando á ser respetable en sus labios la
verdad, especialmente desde que la misma verdad en
una visión celestial se le descubrid con pompa y resplandores
divinos en un trono magestuoso por premio
del amor que le tenia. El arte de complacer licitamente
le hacia poner en movimiento y uso la cortesía
, la afabilidad, la dulzura, la condescendencia,
sufocar en su corazón su desagrado presente, y disimular
sus accidentes y sus dolores mas vivos. Su
grande y despejado entendimiento se descubre en sus
obras y en sus escritos en los que trata con la mayor
naturalidad los asuntos mas sublimes. No padecía
violencia en los negocios arduos , ni se embarazaba
en bagatelas. Las muchas ocupaciones no la distraían
, y encontraba fácilmente dentro de sí misma
recursos extraordinarios en los mayores apuros. La
magnanimidad de su corazón fue un prodigio en su
sexo. Era detenida en sus empresas ; pero determinada
á ellas las sostenía con constancia , y llevaba
con felicidad hasta el fin. Para ella no había agravios,
y quanto mal se le hiciera, era seguro pagar-
Jo con beneficios. Los favores que le hacian, los celebraba
y compensaba largamente sin jumas olvidarlos
; y su genio agradecido se prendaba con la menor
expresión á que se daba por obligada Abominaba
la murmuración , á todos hacia buenas ausencias
: ya se sabia que en su presencia de nadie se
había de hablar mal, y su caridad industriosa hallaba
que alabar aun en los mas ruines. Un aprecio natural
al aseo y limpieza, sin aparato ni vanidad, la
Ilizo con todo lo dicho sumamente amable á quantos
la oian y trataban , y una disposición tan bella