Santidad, Gloria y Prodigios de Santa Teresa de Jesus Tomo I
CARtOS V. (23) FAVLO U U APÉNDICE PRIMERO. Carácter de Santa Teresa. Años de Cristo, Edad de ¡a Santa* -i- or todo el curso de esta historia se verán los dones y gracias sobrenaturales con que Dios caracterizo' y distinguid á Teresa entre los mortales, y las virtudes herdycas que con el auxilio divino sobrepuso á su natural El de esta Virgen, como favorecida del cielo, apareció dispuesto para mucho bien, y tan adelantado en su niñez y juventud, que pudo creerse, que la naturalera habia suplido largamente los esfuerzos del tiempo, de la experiencia y del arte, escogiendo entre todos, y depositando en ella lo mejor. A su hermosura sobresaliente y bella disposición corporal acompañaba una modestia respetable, que rara vez se hermanan en el mundo, pero que en esta doncella se originaba de un horror, sí puede ser excesivo , á toda impureza. Por esto sus primeros entretenimientos fueron, los que ya se han dicho , santos: no aliñar moñecos y aparentar cariños y empleos intempestivos, veneno de aquella primera edad; y á esto le fue consiguiente el aprecio de *a honra, esto es , el empeño de conservar Ja buena reputación que obliga á obrar bien. Su discreción le granged la atención común en la sociedad por toda su vida; y su hablar á tiempo, como, quando , y ^o que convenia fue una de sus prendas singulares, ^ue mas le facilitaron el logro de sus empresas , y persuadir quanto intentaba á quienes llegaba á hablar» -bl amor á ia verdad le habia llenado de satisfacción y de placer desde niña; y de mayor, aunque con pena de su humildad , le hizo protestar en sus escri- , que por todo el mundo no diria una mentira. E
CARLOS V. (24) PAULO Tlf. Por la verdad tuvo no pocas veces que sufrir , pero jamás la disimulo'. Aborreció, siempre la hipocresía, y 110 permitió se eugaíusen los demás en el concepto ventajoso que de ella hacian, qmndo no era así: aunque tenia la particular habilidad de desvanecer Jos elogios que daban á las virtudes que en ella conocían , llegando á ser respetable en sus labios la verdad, especialmente desde que la misma verdad en una visión celestial se le descubrid con pompa y resplandores divinos en un trono magestuoso por premio del amor que le tenia. El arte de complacer licitamente le hacia poner en movimiento y uso la cortesía , la afabilidad, la dulzura, la condescendencia, sufocar en su corazón su desagrado presente, y disimular sus accidentes y sus dolores mas vivos. Su grande y despejado entendimiento se descubre en sus obras y en sus escritos en los que trata con la mayor naturalidad los asuntos mas sublimes. No padecía violencia en los negocios arduos , ni se embarazaba en bagatelas. Las muchas ocupaciones no la distraían , y encontraba fácilmente dentro de sí misma recursos extraordinarios en los mayores apuros. La magnanimidad de su corazón fue un prodigio en su sexo. Era detenida en sus empresas ; pero determinada á ellas las sostenía con constancia , y llevaba con felicidad hasta el fin. Para ella no había agravios, y quanto mal se le hiciera, era seguro pagar- Jo con beneficios. Los favores que le hacian, los celebraba y compensaba largamente sin jumas olvidarlos ; y su genio agradecido se prendaba con la menor expresión á que se daba por obligada Abominaba la murmuración , á todos hacia buenas ausencias : ya se sabia que en su presencia de nadie se había de hablar mal, y su caridad industriosa hallaba que alabar aun en los mas ruines. Un aprecio natural al aseo y limpieza, sin aparato ni vanidad, la Ilizo con todo lo dicho sumamente amable á quantos la oian y trataban , y una disposición tan bella
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CARtOS V. (23) FAVLO U U<br />
APÉNDICE PRIMERO.<br />
Carácter <strong>de</strong> <strong>Santa</strong> <strong>Teresa</strong>.<br />
Años <strong>de</strong> Cristo,<br />
Edad <strong>de</strong> ¡a <strong>Santa</strong>*<br />
-i- or todo el curso <strong>de</strong> esta historia se verán los dones<br />
y gracias sobrenaturales con que Dios caracterizo'<br />
y distinguid á <strong>Teresa</strong> entre los mortales, y las<br />
virtu<strong>de</strong>s herdycas que con el auxilio divino sobrepuso<br />
á su natural El <strong>de</strong> esta Virgen, como favorecida<br />
<strong>de</strong>l cielo, apareció dispuesto para mucho bien,<br />
y tan a<strong>de</strong>lantado en su niñez y juventud, que pudo<br />
creerse, que la naturalera habia suplido largamente<br />
los esfuerzos <strong>de</strong>l tiempo, <strong>de</strong> la experiencia y <strong>de</strong>l<br />
arte, escogiendo entre todos, y <strong>de</strong>positando en ella<br />
lo mejor. A su hermosura sobresaliente y bella disposición<br />
corporal acompañaba una mo<strong>de</strong>stia respetable,<br />
que rara vez se hermanan en el mundo, pero<br />
que en esta doncella se originaba <strong>de</strong> un horror, sí<br />
pue<strong>de</strong> ser excesivo , á toda impureza. Por esto sus<br />
primeros entretenimientos fueron, los que ya se han<br />
dicho , santos: no aliñar moñecos y aparentar cariños<br />
y empleos intempestivos, veneno <strong>de</strong> aquella primera<br />
edad; y á esto le fue consiguiente el aprecio <strong>de</strong><br />
*a honra, esto es , el empeño <strong>de</strong> conservar Ja buena<br />
reputación que obliga á obrar bien. Su discreción le<br />
granged la atención común en la sociedad por toda<br />
su vida; y su hablar á tiempo, como, quando , y<br />
^o que convenia fue una <strong>de</strong> sus prendas singulares,<br />
^ue mas le facilitaron el logro <strong>de</strong> sus empresas , y<br />
persuadir quanto intentaba á quienes llegaba á hablar»<br />
-bl amor á ia verdad le habia llenado <strong>de</strong> satisfacción<br />
y <strong>de</strong> placer <strong>de</strong>s<strong>de</strong> niña; y <strong>de</strong> mayor, aunque con pena<br />
<strong>de</strong> su humildad , le hizo protestar en sus escri-<br />
, que por todo el mundo no diria una mentira.<br />
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