Santidad, Gloria y Prodigios de Santa Teresa de Jesus Tomo I

CARLOS V. (17) CLEMENTE Vil.
gan nuevo combate con Teresa, a^quien con la repulsa
de su padre creían acobardada. Ó engnño! Ó ikision
del enemigo! El no habia sondeado bien los fondos de
valor y magnanimidad de esta Virgen. Solo veía en Doña
Teresa de Ahumada un conjunto de todas las gracias
y hechizos, que esparcidos adornan en el mundo ai bello
sexo. Su vista maligna fixa en estas prendas que le
sirven freqüentemente de armas auxiliares para perdición
de muchos , le ocultaban en ella misma á Sania Teresa
de Jesús, quien tuvo el honor de hacer así mas com«
pleto su triunfo con repetidas victorias. Aquí se interesaron
los respetos de Dios y del Padre; pero el de este
debía ceder al primero en el tribunal de Teresa. Ella
de acuerdo con la comunidad de la Encarnación, proyecto'
su ida á él secretamente, y tomadas bien las medidas
fixd día y hora para efectuarlo. Teresa que para
ser martirizada en la Africa llevo consigo á D. Rodrigo,
ahora lleva á su hermano D. Antonio y á su tío á
ser religiosos por trofeos de su exemplo y de su zelo,
para acreditar lo que después dixo con gracia, que una
alma grande jamas va sola al cielo. Es verdad que al
extcutar este sacrificio sintió toda su amargura : pero
así era mas agradable á Dios, y mas meritorio á ella; y
aunque lo obraba en fuerza de la gracia, por alta disposición
no percibía el gusto del socorro celestial. » Quan-
•>do salí de casa mi padre, dice, no creo será mas el
"Sentimiento quando me muera , porque me parece ca-
»»da hueso se me apartaba por sí, que como no había
»>amor de Dios que quitase el amor del padte y parien-
>»tes, era todo haciéndome una fuerza tan grande, que
»»si el Señor no me ayudara, no bastarían mis consíde-
»»raciones para ir adelante: aquí me dio' ánimo contra
•»mí, manera que lo puse por obra/'
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