Santidad, Gloria y Prodigios de Santa Teresa de Jesus Tomo I

FELIPE IT. (2^5) GREGORIO XITÍ.
de las demás virtudes. Aquí se vid acosada de quartanas,
de vómitos, de mal de corazón, de dolores
indecibles , pero ni esto, ni sus muchas ocupaciones
templaron sn rigor. El cuidado y vigilancia de las
religiosas en estas situaciones de dolor para irle á la
mano en sus santos excesos , no eran suficientes á embirazar
su industria. Qaando las religiosas tomaban
las disciplinas de comunidad , ella retirada aun
en la mayor intensión de la fiebre , las tomaba tan
sangrientas y espantosas, que ellas solas bastarían á
rendir y postrar á la naturaleza mas robusta. De noche
quando no pudiera ser vista se vestía , y dexando
la cama de enferma , se recostaba sobre un cor -
cho en tierra , y para privarse de toda comodidad
y regalo era igual el tiempo de la enfermedad
y el de la salud. Quando de noche la dexaban
sola para que descansase por sus dolencias , se aprovechaba
de la ocasión para escribir sus libros celestiales
sin otra luz que la que brillaba en su en
tendimiento , se le encendia el rostro , é iluminaba la
celda como si la bañase el sol. Escribiendo entonces
las grandezas de Dios, las maravillas de la Divinidad
y los excesos de su misericordia , se inflamaba
tanto á veces, que precisada á dexar la pluma , se
hincaba de rodillas, levantados los brazos en cruz,
fixos el corazón y ojos en el cielo , rebosando incendios
y amor divino, levantada media vara de Ja
tierra , pasaba en esta postura hasta las tres de la
mañana. El concepto que le grangeaba vida tan ce-
Jestial y tantas gracias , hacia que sus palabras fuesen
recibidas como oráculos. Pronuncio' en este tiempo
tantas profecía^ y anuncios cumplidos luego después,
que pareció haberse reproducido en Teresa aquel
tiempo tan señalado en la historia santa, en que Dios
abría con freqüencia las bocas de sus Profetas. La
que veía de antemano lo que había de suceder en los
tiempos futuros , veía igualmente lo que sucedía en
la hora en sus conventos. A las religiosas que salen