Santidad, Gloria y Prodigios de Santa Teresa de Jesus Tomo I

CARLOS V. (15) CLEMENTE VTT.
llero vivia aquí retirado por las experiencias que ya
tenia de la inconstancia del mundo, y de lo engañoso
de sus promesas. Con su desengaño aprendió Teresa
á perfeccionar el suyo, y este bien que le ocasiono
el tio, sirvió para que ella agradecida lo ganase
para el cielo. Para su entero recobro la transporta
su buen padre á Castellanos de la Cañada, al
cuidado de su hermana Doña María de Ahumada. Esta
Señora la recibe con el agrado y amor correspondiente
al grande aprecio que siempre había hecho de
Teresa , y ella se había merecido. Se deshace en obsequios
para complacerla , y se sorprchende al observar
que todos sus halagos no hacen impresión en la
severidad y entereza que admira en ella como nueva
, y que no puede comprehender. Doña María aumenta
mas expresiones de amor, pero se desconsuela
al ver, que á pesar de sus caricias y las de su marido
, aquel corazón poco antes tan fácil á prendarse,
ya parece no es de la materia misma. Teresa advierte
en sí una transformación maravillosa , por la que
hecha mas reflexiva , halla su origen en sola la gracia
divina. Ya no tienen para con ella atractivo alguno
las diversiones mundanas , los placeres de la tierra
que comunica la conversación civil, y mucho menos
la complacencia de sí misma. Se mira ella, y se
desconoce. Una devoción tierna la ocupa con freqikn-
Cla , y una propensión nada disimulada á la soledad,
^ desvía de las ilusiones de los sentidos, y le proporciona
conocimientos sólidos del fondo de Jas
cosas. La que antes gustaba tanto de leer novelas,
ahora á modo de prodigio está encantada en las
VI534.) epístolas de San Gerónimo ; y para nueva (fp)
Confusión suya , tropieza con la de este Santo Ductor
á Eustoquia en que él lamenta su gusto desordenado
en leer á Tuüo y Planto con preferencia á
jOs libros santos , y el dolor que aun le congoja de
os azotes verdaderos con que por eso le castigaron
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