Santidad, Gloria y Prodigios de Santa Teresa de Jesus Tomo I

FELIPE TI. (281) GREGORIO *rii,
>»mano , y ella no le ofendiese : al menos sé cierto que
«aunque se ve en este estado, y le ha durado años,
«que no se tiene por segura, sino que anda con muj»cho
mas temor que antes, en guardarse de qualquiec
«pequeña ofensa de Dios, y con tan grandes deseos
?íje servirle, como se dirá adelante, y con ordinaria
«pena y confusión de ver lo poco que puede hacer y lo
»mucho á que está obligada, que no es pequeña cruz
«sino harto gran penitencia ; porque el hacer penitenjjcia
esta alma mientras mas grande, le es mas de-
»leyte." Con esta doctrina nada equívoca deshace Santa
Teresa las calumnias con que Fenelon en sus proposiciones
21 y 22 cubría su error denigrando á los
Santos místicos.
CAPITULO
DÉCIMO.
S A N T A T E R E S A P R O S I G U E L A S
fundaciones de nuevos conventos ; / Dios en
Años de Cristo.
favorecerla-
Edad de la Santa,
*S72' 57-
Q uien solo mire á Santa Teresa según lo dicho en
los dos capítulos antecedentes, sin saber su destino
anterior y las muchas ocupaciones exteriores que la
emplearon y desempeño antes y después, creería que
era una persona aislada al solo el trato íntimo con
Dios, reducida á un retiro solitario, olvidada de quanto
pasa en el mundo , atenta únicamente á disfrutar
las mercedes de su esposo, y llena de las cosas divinas,
incapaz de manejar los negocios de acá baxo.
Pero esto es lo que admira en esta muger extraordinaria.
Aguila real que se remonta con facilidad sobre
los cielos, y sin perder el buelo , es una alma
eminente que sin embarazarse en los muchos y graves
asuntos que la rodean, da fácil y acertada pro-
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