Santidad, Gloria y Prodigios de Santa Teresa de Jesus Tomo I

FELI^B I I , (269) GREGORIO xiir.
ñas de su mayor confianza, y han pasado hasta nosotros
legítimamente autenticadas pueden satisfacer
nuestros deseos (a). Un día de la Magdalena, Teresa
envidiosr amorosamente de lo mucho que el Señor
había amado á esta Santa antes pecadora, le dixo su
Magestad : »A esta tuve por amiga mientras estuve
tfcn la tierra , y á tí rengo ahora que estoy en el
vcielo." En otra ocasión : «Si no hubiera criado el
wcielo , para tí sola lo criaría: ya eres m?a , yo soy
»riiyo.cc Estando una vez sentada á la mesa , pero angustiada
y afligida por asuntos bien delicados y sensibles
que la rodeaban , y la ponían una total inapetencia
, Cristo Señor nuestro lleno de bondad y amor
se puso á su lado, y partiendo el pan , se lo ponia
en la boca , y le decia : «Come , hija , ya veo que
«pasas mucho» Toma ánimo ^ que no puede ser meónos."
CAPITULO
NONO.
EFECTOS ADMIRABLES QUE RESULTARON
d Santa Teresa de este matrimonio- espiritual.
Años de Cristo.
Edad de la Santcr,
1569. 54.
O sea la grandeza de Dios*, o nuestra cortedad, o
lo mas cierto , uno y otro t no nos permiten expresar
suficíentemenie las obras divinas. Esta del matrimonio
espiritual con Teresa es una de ellas y tanto
mas inapeable , quanto es mas espiritual interior y
delicada. La gloria de este matrimonio espirirual no
dexará de causurnos siempre la justa admiración-, que
le hizo decir con anticipación á San Bernardo (b) lo
que parece era propio para Santa Teresa. «¿De doa-
(a) Consta del procesa de su Beatificación.
(b)
S. Bernardo Senn. 2. Domin. 1. post, Epiph.