Santidad, Gloria y Prodigios de Santa Teresa de Jesus Tomo I

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FJELTPE H. (257) GREGORIO XIII. pero se creerá luego no ser demasiado al ver lo que resta por decir, y se leerá con admiración hasta don-- de llego en Teresa el poder de la gracia y la benignidad divina. CAPITULO SEPTIMO. NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO CELEBRA desposorio espiritual con Santa Teresa. Años de Cristo. Edad de la Santa. 1571. 56. ra excelencia y grandeza indecible de las cosas de Santa Teresa ha causado respeto á los hombres ilustrados que las han considerado, y mas á los que mas las han entendido. Todos quantos las han tratado, suponen mas de lo que dicen , y un justo temor, á la dificultad de acertar, nos debe hacer mas mirados en asuntos tan distantes de lo que sucede regularmente en las almas. La materia de este capítulo es ya incomprensible á los mundanos , que embueltos en el polvo de la tierra , á manera de insectos, olvidan la espiritualidad de su alma, d ignoran la capacidad que hay en ella para las cosas divinas. Los medios cristianos, los presumidos de sabios en las ciencias que no hacen mejor al hombre, y en las que lo limitan á solos los entes criados sin relación á Dios, mirarán estas operaciones interiores y divinas como narraciones, que por trascender su inteligencia y mala disposición, creerán no tienen ser verdadero. Pero unos y otros que por su presunción , ignorancia d malicia se apartan mas y mas cada dia de estas gracias soberanas, se alejan al mismo paso de la perfección y felicidad á que combida á todos la Religión de Jesucristo, Dios nuestro Señor, que por Dios y por Criador tiene todos los derechos imaginables sobre nosotros como criaturas y siervos suyos, quando le place asistir y favorecer á una Ll a

FJELFPE IT. (258) GREGORIO XIII, alma fiel en su servicio , y purgada ya de quanto sabe á desorden y pecado , la conduce como por la mano á mas perfección, y tiene mil modos de honrarla, poniéndola con estas honras en nuevos empeños de servirle mejor, y al mismo Señor también de amarla mas. De tal suerte suele Dios encender entonces, y aumentar este amor, que por una condescendencia admirable se dexa llevar de la acción del amor vehemente que es unir á los amantes. El amor suple por Ja distancia infinita que hay entre Dios y la criatura , y la cubre con los adornos preciosísimos, que tiene su Magestad reservados en los tesoros de su divinidad. Con ellos la hermosea, y hace digna de sí, y desaparecen de ella la vileza y abatimiento con que la hacia valer menos el título y ser de esclava. La considera así toda amable, la visita con freqüencia, aviva también en ella el amor ; y deseándose mutuamente verse y gozarse de cerca y con confianza, la ilumina con ilustraciones soberanas para que entendiendo mas y mas altamente de Dios , lo ame con mas ansia , y apetezca unirse á él mas íntima y deliciosamente. Llega en fuerza de esta ilustración á no servirse ya de las cosas visibles en si mismas, como idea d escala para considerar á Dios, sino coordinadas por lumbre divina para contemplar con mas inteligencia las perfecciones divinas , y unirse «Je mas cerca á ellas por la vehemencia del amor. Así la alma favorecida extraordinariamente de Dios llega á la contemplación infusa, á la unión fruitiva, y pnr esta al desposorio espiritual. Este consiste en un descenso transeúnte, d caída suave (íntimo ilapso) de Dios en la alma, y en sus potencias, ilustrándola con una luz admirable, y absorviéndola con un amor ferventísimo, y á la seguida le da su mano derecha en señal de que ha de ser su esposo (a). Santa Teresa pues llego di- (a) En la Teología mística se adoptan altísimamente estas expresiones y paiabras para explicar del modo posible las operacioíies de la «lina, y las resul-

FJELFPE IT. (258) GREGORIO XIII,<br />

alma fiel en su servicio , y purgada ya <strong>de</strong> quanto sabe<br />

á <strong>de</strong>sor<strong>de</strong>n y pecado , la conduce como por la mano<br />

á mas perfección, y tiene mil modos <strong>de</strong> honrarla,<br />

poniéndola con estas honras en nuevos empeños <strong>de</strong><br />

servirle mejor, y al mismo Señor también <strong>de</strong> amarla<br />

mas. De tal suerte suele Dios encen<strong>de</strong>r entonces, y<br />

aumentar este amor, que por una con<strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia admirable<br />

se <strong>de</strong>xa llevar <strong>de</strong> la acción <strong>de</strong>l amor vehemente<br />

que es unir á los amantes. El amor suple por<br />

Ja distancia infinita que hay entre Dios y la criatura<br />

, y la cubre con los adornos preciosísimos, que<br />

tiene su Magestad reservados en los tesoros <strong>de</strong> su divinidad.<br />

Con ellos la hermosea, y hace digna <strong>de</strong> sí,<br />

y <strong>de</strong>saparecen <strong>de</strong> ella la vileza y abatimiento con que<br />

la hacia valer menos el título y ser <strong>de</strong> esclava. La<br />

consi<strong>de</strong>ra así toda amable, la visita con freqüencia,<br />

aviva también en ella el amor ; y <strong>de</strong>seándose mutuamente<br />

verse y gozarse <strong>de</strong> cerca y con confianza, la<br />

ilumina con ilustraciones soberanas para que entendiendo<br />

mas y mas altamente <strong>de</strong> Dios , lo ame con<br />

mas ansia , y apetezca unirse á él mas íntima y <strong>de</strong>liciosamente.<br />

Llega en fuerza <strong>de</strong> esta ilustración á no<br />

servirse ya <strong>de</strong> las cosas visibles en si mismas, como<br />

i<strong>de</strong>a d escala para consi<strong>de</strong>rar á Dios, sino coordinadas<br />

por lumbre divina para contemplar con mas inteligencia<br />

las perfecciones divinas , y unirse «Je mas cerca<br />

á ellas por la vehemencia <strong>de</strong>l amor. Así la alma<br />

favorecida extraordinariamente <strong>de</strong> Dios llega á la contemplación<br />

infusa, á la unión fruitiva, y pnr esta al<br />

<strong>de</strong>sposorio espiritual. Este consiste en un <strong>de</strong>scenso transeúnte,<br />

d caída suave (íntimo ilapso) <strong>de</strong> Dios en la<br />

alma, y en sus potencias, ilustrándola con una luz<br />

admirable, y absorviéndola con un amor ferventísimo,<br />

y á la seguida le da su mano <strong>de</strong>recha en señal <strong>de</strong> que<br />

ha <strong>de</strong> ser su esposo (a). <strong>Santa</strong> <strong>Teresa</strong> pues llego di-<br />

(a) En la Teología mística se adoptan altísimamente estas expresiones y paiabras<br />

para explicar <strong>de</strong>l modo posible las operacioíies <strong>de</strong> la «lina, y las resul-

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