Santidad, Gloria y Prodigios de Santa Teresa de Jesus Tomo I

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se sujetan á su voluntad y se ofrecen á qualquier reformación.
Y fue tan constante esta resolución, que concluido
el trienio del Priorato , no pudiendo lograr á
buenas que prosiguiera , llevaron pleyto que subió hasta
el consejo Rea!, y no pudiendo por fm lograrla por
Priora, se marcharon muchas tras ella á las Descalzas.
Con la observancia que introduxo, entró Ja abundancia
en el convente^, cerráronse los locutorios, que
eran la pied, a de escándalo; y un caballero joven que
quiso ser mas obstinado en su pasión con alguna religiosa,
vid por sí mismo en la Santa una entereza y
valor, que lo aterro; y la despedida que le dio fue,
que si otra vez pisaba los umbrales del convento negociaría
con el Rey para que le cortasen la cabeza. Desprendidas
así de aficiones de mundo la suplicaron traxese
confesores tales que las impusiesen en el espíritu
que á ella la dirigía. Esto era lo que mas deseaba
la Santa, é inmediatamente hizo venir á San Ji;an de
Ja Cruz y á otro mujf semejante á él, con que florecieron
muy presto en aquella comunidad la devoción,
el fervor , la paz y la alegría. No fue esto efecto solo
de una refinada política, y de su talento extraordinario
, sino de sus fervientes oraciones por el bien de
aquellas religiosas, por su continuo desvelo y caridad,
por sus penitencias y rigores con que castigaba en sí
misma los defectos de ellas, y por la paciencia con
que las soportaba á todas y á cada una. Este zelo santo
fundado en tan bellos principios, principios apostólicos
, principios evangélicos , este zelo santo con que
tan á costa suya reduxo á la debida fidelidad hacia
su esposo á aquellas vírgenes desposadas con Jesucristo
por la profesión, le fue á él tan agradable, que ni
su Magestad le hizo nunca favores tan grandes como
aquí, ni ella se vio jamas tan honrada como ahora,
y ella lo confiesa llanamente (a). «Víspera de San Sewbastian
el primer año que vine á la Encarnación i
(a)
Allí.