Santidad, Gloria y Prodigios de Santa Teresa de Jesus Tomo I

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el mal, se lastimo de estado tan infeliz : se rtcorocíd
incapaz de remediarlo por sí mismo , y tendiendo
la vista á quanto alcanzaban sus facultades, entendió
que sola Santa Teresa era apropdsito para impedir
su total ruina y restaurar lo perdido, con su
talento, prudencia y gracia. Con consulta del Difinitorio
la elige para priora de la Encarnación, y le manda
venir á cumplir este encargo. Recibe el mandato
en Medina, y de repente se le representa quanto este
destino tiene de difícil y amargo para ella. Los
clamores y ausencia de sus hijas: los progresos de sus
Descalzos que echarian falta su vista y diligencias:
la oposición y resistencia de las de la Encarnación,
su temor de que las reformase , la dificultad de mantener
á una comunidad tan numerosa , pues pasaban
de ochenta , sin haberes, y los trabajos que todo esto
le ani/nciaba por las libertades á que se habían
acostumbrado, y era preciso reprimir. Con esta turbación
y desconsuelo se presenta á Dios en la oración.
Pero el Señor suspende toda contestación, por lo que
continua su aflicción y repugnancia al empleo á que
se le había destinado. Un día , en que andaba con
mas perplexidades, insto al Señor en favor de un hermano
suyo , que se hallaba donde podía peligar su
salvación, y le dixo á su Magestad con gran fervor: (a)
«Si yo viera, Señor, un hermano vuestro en este pe-
>íligro ¿que hiciera yo por remedialle? Parecíame á
»mí, que no me quedara cosa que pudiera hacer. Di-
«xdme el Señor: ¡O hija, hija! hermanas mias son
«estas de la Encarnación , y te detienes. Pues ten
«ánimo: mira que lo quiero yo, y no es tan dificultoso
como te parece, y por donde piensas perderán es-
«totras cosas, ganarán lo uno y lo otro: no resistas
«que es grande mi poder." Con estas palabras del
Señor se le desvanecieron sus dudas , se auyentaron
sus temores, se revistió de valor; y sale inmediata-
- (a) Adiciones á su vida. n. 14.
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