Santidad, Gloria y Prodigios de Santa Teresa de Jesus Tomo I

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la palabra , como si fueran conventos inhabitados. Se
ha usado mucho entre estos religiosos y religiosas aprisionar
la lengua en sortijas de hierro, azotarla con yerbas
espinosas hasta derramar mucha sangre, llevar en
la boca piedras y bolas de hierro , y acostumbrar la
vista á sola la cruz de Jesucristo , y á las calaveras
de los difuntos. Para no perder aun mientras se come
en refetorio la memoria del sepulcro y la ceniza,
hay en medio de la mesa patente á todos una calavera
en un plato con ceniza, y aun también es hoy día
el iiltimo exercicio de comunidad en h noche visitar
á los difuntos en sus propias sepulturas, hacerles allí
algún sufragio , y retirarse después los religiosos vivos
á sus pobres lechos con el recuerdo de los muertos.
Este espíritu de austeridad hizo industriosos á
estos religiosos para inventar otros innumerables géneros
de mortificaciones para macerar el cuerpo, y
reprimir las pasiones hasta en su mismo origen. No
fueron menos industriosas las religiosas Carmelitas
Descalzas, de quienes en sus historias.particulares se
leen penitencias espantosas. Para esto tuvieron el apoyo
de su santa madre, que íes precedió con el exem*
pío , y las exórtd con su doctrina á ser animosas, y
á parecerse en sus rigores á los varones mas esforzados.
Y en fin , Teresa tiene el honor de haber suscitado
, y reunido en su familia los rigores que se
hallaban esparcidos en las diversas reglas de los monges
mas antiguos.