Santidad, Gloria y Prodigios de Santa Teresa de Jesus Tomo I

V
CAHIOS V. (8) CLEMENTE VTT.
lo V ( ») guando en "Roma coloco las reliquias de la Santa
junio a las de Santa Inés, para que fuesen veneradas
en un mismo altar, las que desde la edad primera fueron
entre sí tan semejantes en el amor á Jesucristo. La
tristeza y pesar que tuvo de perder en este lance la
suerte dichosa de los mártires , y de que se le alar-
^yh:i y ponía en contingencia Ja vista y posesión del
Criador , la compensaba con lágrimas , larga oración
y limosnas que le eran posibles en su corta edad y
estado de hija de familia. Y se entretenía en hacer ermitas
con Rodrigo en el huerto de su casa , y afectar
allí vida de ermitaños. Al jugar con otras niñas
arreglaba monasterios , formaba de ellas comunidades
de monjis , y las dirigía como prelada. Ya muU
tiplicaba oraciones y exercicios devotos , pero sin hallar
satisfacción en las arsías que el amor divino
(1525.) excitaba tan temprano en su corazón. (9 )
Reflexiona en un lienzo pintado de su casa , en que la
Satriaritana del Evangelio , junto al pozo de Sicar (b)
encendida en amor divino con las palabras de Cristo,
(1545 ) le pide la agua de vida eterna con que el (10.)
Salvador le convida.. Teresa , metida entonces en los
adentros de aquella muger fervorosa , añadiendo á su
solicitud y candor el mérito de su inocencia, le hace
al Señor, con Ja mayor confianza la misma petición.
La resulta fue d^rle esta sed toda su vida , aumentársela
al paso que el Señor se la saciaba : verificándose
en. ella el decir de San Gregorio (c) : que tanto
mas se desean las delicias de Dios , qnanto se dis*
frutan mas w: El cumplimiento acredita las profecías,
y los sncesos grandes descubren los ensayos que
en el libro de la providencia los anunciaban y prevenían.
Tales eran los referidos en la niñez de Teresa
, y con lo que el tiempo nos mostró' después,
(a) Theresbrio Enero. D. 21,
(b) S. Juan c. 4.
(c> S. Greg. Homil. 3$, in Bvang.