Santidad, Gloria y Prodigios de Santa Teresa de Jesus Tomo I

FELIPE II. {ZXo) PI0 lv-
»de nuestros siglos , y tesoro escondido que Dios ha
«descubierto para nuestro bien." Golpe executivo fue
este del buen exemplo de Teresa, que sin mas exortos
atrajo á su profesión á Doña Helena que con este
hecho admiro á la Corte, y á Doña Geidnima su hija
, que por su calidad y hermosura habia ya despertado
la ambición de los cortesanos, y los cuidados
de su tío el Arzobispo Cirdenal. El destino de estas
Señoras que hacían una figura tan brillante en España
aumento' el concepto y estimación de la Descalcez
y de su fundadora , y ya no es menester que
ella hecha un Argos se fatigue en buscar sitios en que
íixar sus pies. Don Bernardino de Mendoza hijo del
Conde de Ribadavia viene desde muy lejos en su
busca, solicitándola á fundar en Valladolid, haciéndole
desde luego donación de una casa y posesión
muy pingüe que tiene allá. Doña Luisa de La Cerda
la insta a que funde en Malagon convento , que ella
costea y asegura renta. Doña Leonor Mascareñas favorita
del Rey Felipe II y aya de su hijo D. Carlos
la precisa á ir á reformar y poner en orden el
monasterio que la Beata María de Jesús habia fundado
en Alcalá de Henares. Para cumplir estos destinos
pasa por Madrid con Doña María de Mendoza
, la que se tiene por dichosa de llevarla en su co*
che y compañía. A su arrivo halla juntas las Señoras
principales de la corte que la esperaban con ansia
, dando así el mundo y su grandeza en su persona
los debidos homenages á Ja virtud. A silplica de
la Princesa Doña Juana, hermana de Felipe II, fundadora
del convento de Franciscas descalzas , pasa á
él Santa Teresa : por espacio de quince dias que allí
la detienen su Alteza y la Abadesa , hermana de
S. Francisco de Borja, Duque de Gandía , aunque procura
encubrir su mérito y santidad , no le permite
su estado de perfección á que Dios la habia elevado,
íiexar de obrar según él con gozo , edificación y pasmo
de ¿ellas señoras; y su ilustre comunidad se*