Santidad, Gloria y Prodigios de Santa Teresa de Jesus Tomo I

FÍL1PE TI. (204) PÍO IV.
rodillas, se marcha confiado en sus oraciones que Ies
pide con instancia. Para restituirse á Roma va á be-*
sarie antes la mano al Rey , á quien asegura que Dios
ha visto sus buenos deseos é intenciones soberanas de
reforma en el Cármen ; pero que á su Real Mages»
tad y á él les corresponde adorar los decretos divinos
que han colocado esta obra en manos de Teresa
, á quien puede mirar en adelante como una de las
piedras mas preciosas de su corona real , adorno brillante
de su trono y ornamento de su nación espafióla.
Ya estaba Felipe II noticioso del gran tesoro
que poseía estando Teresa en su rcyno : pero con este
nuevo motivo de tan calificados informes adelanta
mas su estimación hácia ella, y pide á Rúbeo le
encargue de su parte como Prelado , que ella se empeñe
en rogar al í>eñor por su Real Persona y sus
reynos. La Santa honrada con este encargo , lo hizo
muy de veras toda su vida , y quedo establecido por
ley en toda la reforma de manera , que no se pasa
dia alguno en que repetidas veces no se haga oración
á Dios por nuestros católicos reyes en todos y
en cada uno de los conventos de Carmelitas Descalzos.