Santidad, Gloria y Prodigios de Santa Teresa de Jesus Tomo I

CARLOS V. (6) lEONT X.
puso en el rezo del Santo Rosario , en la devoción
(1520.) de Mana'Sai tlsima , en el amor de Dios y (5.)
aprecio del padecer por él. Asociada frcqüenttmente
con Don Rodrigo, hermano, á quien mas amaba , oraba
, meditaba , conversaba con él de sí , de Dios
y de los novísimos. Con madurez increíble de entendimiento
, sin embargo de no llegar á ios siete
años , exclamaba con suspiros profundos : para siempre
, para siempre , para siempre; y este para siempret
que en varones consumados en edad, en delitos , experiencias
y conocimientos humanos, fue una época
feliz, que los reduxo á un total desengaño, y al camino
del cielo , dirigid hacia él los primeros pasos
de Teresa hasta una perfección sublime juntando
(1520.) dichosamente en ella la inocencia de (5.)
su bautismo con la perseverancia final. Leía las vidas
de los Santos, y con su exemplo se acostumbraba
á pensar altamente como ellos , y á llenar su corazón
de solo y todo un Dios. Viendo los servicios que habían
hecho á Dios , y las gracias de que el Señor
los colmo , le hacia de sí mil ofrecimieiitos , y decía
á su Magestad las ternuras que su amor y su inocencia
le dictaban. Estas • eran efusiones de su
(1522.) corazón dulce y magnánimo, que ella misma (7 )
explico después , y veremos mas adelante. En fuerza
de estos trasportes se aplicó á la oración y soledad,
Nuevas reflexiones con que allí se fecunda , le **
(15 23.)insp¡ran reflexiones mas generosas- Contempla(8.)
los triunfos de los mártires, y viendo que con su
breve penar aseguran su felicidad eterna , y gozar
mas presto de Dios , por quien ella suspira , se inflama
con su exemplo , y arrebatada de una envidia
sanra , resuelve con Rodrigo buscar sin detención en
la Africa tiranos, que con qualquier tormento los priven
de esta vida cáduca , y los trasporten glorío-
Adriano VI.
** Clemente VIL