Santidad, Gloria y Prodigios de Santa Teresa de Jesus Tomo I

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FELIPE 11. 093) pro IVro de un modo terminante. Los estimula á grande perfección con su exemplo , y asegura (a) «que no »verná el Rey de la gloria á nuestra alma (digo á «estar unido con ella) si no nos esforzamos á ganar »las virtudes grandes;" para lo que es preciso el desasimiento de todo lo criado. Este es el espíritu de Teresa sobre el que establece su reforma. J>A quien (b) >el Señor ha escogido para aquí, particularmente ve- >mos que le hace esta merced, y aunque ahora no »sea en toda perfección, vese que vá ya á ella por >el gran contento que le dá , y alegría de ver que ,no ha de tornar á tratar con cosa de la vida , y >el sabor que siente de todas las cosas de la religión. »Torno á decir , que si -se inclina á cosas dti munido , y no se ve ir aprovechando, que no es para jestos monasterios , puédese ir á otro. No se qi exe >de mí:: porque no le aviso:: es esta casa un cielo, »si le puede haber en la tierra , para quien se con- >tenta solo de contentar á Dios nuestro Señor: en que« mendo algo mas lo perderá todo (c). Porque por la Í mayor parte quien esta falta tiene , siempre le pa^ jrece, que atina mas lo que le conviene, que los mas 5sabios. Y es el mal que le tengo por incurable, porjque por maravilla dexa de traer consigo malicia." Para esperanzar aprovechamientos útiles en la Escuela de Teresa, no basta la capacidad y entender mucho; sino un entendimiento bueno por principios de bondad monástica; y de ningún modo aprecia el bien hablar en lo demás, si entienden aquí mal. Fia muy poco d nada esta maestra celestial de una dulzura y eloqüencia perversa, y de una inteligencia maliciosamente equivocada ; pues sabe que se oculta la sierpe baxo la apacible yerva. La que para conducir su familia religiosa á la cumbre de la perfección ha me- (a) Camino de perf. c. 16, n. 4, (b) Id. c. 13, n. 4- (c) Id. c. 14, n. 1. Ce 2

F£LTPE TT, (r94) Pl0 ÍVdido paso por paso su camino , y lo ha trazado todo linea por linea : la que ha descubierto sus esíravlos, y enseña á evitar los precipicios que lo ladean: la que pone en orden los movimientos del corazón, arregla los sentidos y potencias, y sabe sus usos bien concertados , ella misma , Teresa de Jesús , descubre á sus hijos los límites del entendimiento , como a tales religiosos , les prescribe las reglas de sus discursos, y condena en ellos la libertad de opinar en perjuicio del espíritu de su estado. Aquí propone la Santa los mismos motivos para cautivar el entendimiento de sus hijos en obsequio de su observancia , que San Pablo el de los creyentes en obsequio de la fe. Ella manifiesta como el mejor Teólogo (a) los perjuicios que padecieron el entendimiento y la razón con el pecado original, y la obscuridad , perplexidades , inconstancia y debilidad que les han quedado. No estando ya sana esta razón desde entonces , ya no puede por sí misma prometerse la certidumbre y el acierto en su conducta : necesita luz y apoyo superior. Los que sin este han querido con sola la razón penetrarlo y decidirlo todo , aun en lo físico han caido en mil delirios y errores; y tocando sin ese norte sobrenatural en el sagrado de la religión , bayle vino á ser especulativamente Maniqueo , Loke llego á la pendiente^de Materialista, Newton á ser Arriano , y gran ntímero de meíafísicos , al paso que se acercaban sin otra guia que su razón á lo que se acerca mas á Dios, pararon en Deístas. Todos han supuesto en el hombre un privilegio que no goza , y es : alcanzar de su razón respuestas claras y cierras acerca de todas las qüestiones que se le quieran proponer. Dios que sabe muy bien el estado deplorable de la razón humana después del pecado , par.a evitar la distracción y fatiga inútil de averiguar por sí misma Jas verda- (a) Sa vid. c. i7> n. 5, c. 30, o. id.

FELIPE 11. 093) pro IVro<br />

<strong>de</strong> un modo terminante. Los estimula á gran<strong>de</strong><br />

perfección con su exemplo , y asegura (a) «que no<br />

»verná el Rey <strong>de</strong> la gloria á nuestra alma (digo á<br />

«estar unido con ella) si no nos esforzamos á ganar<br />

»las virtu<strong>de</strong>s gran<strong>de</strong>s;" para lo que es preciso el <strong>de</strong>sasimiento<br />

<strong>de</strong> todo lo criado. Este es el espíritu <strong>de</strong><br />

<strong>Teresa</strong> sobre el que establece su reforma. J>A quien (b)<br />

>el Señor ha escogido para aquí, particularmente ve-<br />

>mos que le hace esta merced, y aunque ahora no<br />

»sea en toda perfección, vese que vá ya á ella por<br />

>el gran contento que le dá , y alegría <strong>de</strong> ver que<br />

,no ha <strong>de</strong> tornar á tratar con cosa <strong>de</strong> la vida , y<br />

>el sabor que siente <strong>de</strong> todas las cosas <strong>de</strong> la religión.<br />

»Torno á <strong>de</strong>cir , que si -se inclina á cosas dti munido<br />

, y no se ve ir aprovechando, que no es para<br />

jestos monasterios , pué<strong>de</strong>se ir á otro. No se qi exe<br />

><strong>de</strong> mí:: porque no le aviso:: es esta casa un cielo,<br />

»si le pue<strong>de</strong> haber en la tierra , para quien se con-<br />

>tenta solo <strong>de</strong> contentar á Dios nuestro Señor: en que«<br />

mendo algo mas lo per<strong>de</strong>rá todo (c). Porque por la<br />

Í mayor parte quien esta falta tiene , siempre le pa^<br />

jrece, que atina mas lo que le conviene, que los mas<br />

5sabios. Y es el mal que le tengo por incurable, porjque<br />

por maravilla <strong>de</strong>xa <strong>de</strong> traer consigo malicia."<br />

Para esperanzar aprovechamientos útiles en la Escuela<br />

<strong>de</strong> <strong>Teresa</strong>, no basta la capacidad y enten<strong>de</strong>r mucho;<br />

sino un entendimiento bueno por principios <strong>de</strong> bondad<br />

monástica; y <strong>de</strong> ningún modo aprecia el bien<br />

hablar en lo <strong>de</strong>más, si entien<strong>de</strong>n aquí mal. Fia muy<br />

poco d nada esta maestra celestial <strong>de</strong> una dulzura<br />

y eloqüencia perversa, y <strong>de</strong> una inteligencia maliciosamente<br />

equivocada ; pues sabe que se oculta la sierpe<br />

baxo la apacible yerva. La que para conducir su<br />

familia religiosa á la cumbre <strong>de</strong> la perfección ha me-<br />

(a) Camino <strong>de</strong> perf. c. 16, n. 4,<br />

(b) Id. c. 13, n. 4-<br />

(c) Id. c. 14, n. 1.<br />

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