Santidad, Gloria y Prodigios de Santa Teresa de Jesus Tomo I

FEITÍE n. (i85) pro m
s>que entendiere alborota , procuren se vaya á otro
sj monasterio, que Dios las dará con que la doten.
«Echen de sí esta pestilencia , corten como pudieren las
«ramas, d sino bastare , arranquen la raíz. Y quando no
«pudiesen esto, no salga de una cárcel , quien de es-*
»>tas cosas tratare : mucho mas vale antes que pegue
»á todas tan incurable pestilencia. ¡Oh, que es gran
«mal! Dios nos libre de monasterio donde entra: yo
«mas querría que entrase en este un fuego que nos
«abrasase á todas." A un zelo tan santo, y á un encarecimiento
tan justo , correspondió en aquel convento una
concordia y unión, que ha servido de modelo á todos
los demás; y no es uno de sus menores milagros,
que edifica á todo el mundo este efecto de su doctrina
en todos los -monasterios de las hijas de Teresa,
una alma en muchos cuerpos; y si ha habido alguno
que quebrantase esta paz Teresiana, d se ha separado
del cuerpo común de la Descalcez, d la Santa
con trabajas bien sensibles los ha reducido desde
el cielo al buen sentir. Conortadas las religiosas de
Avila con las exórtaciones de su santa madre, ,en nada
mas pensaban que en abrazarle su doctrina , y servir
según ella á Dios, á cuya providencia se habían
del todo entregado ; y al modo que una familia descansa
y duerme con sosiego baxo la solicitud de un
Padre , que entre tanto vela para su subsistencia ; así
el Señor estaba atento al socorro de estas hijas de sus
cuidados. Movía suavemente á los seglares á que Jes
líevasen substento , y al verlas igualmente^ alegres y
agradecidas á su Magestad en la suficiencia que en
las penurias de una rigurosa pobreza, para mas obligarlas
á su amor , y asegurarías en su confianza , las
socorría entonces largamente , añadiéndoles al regalo
los medios prodigiosos , no podiendo dudar era de
Dios ct>te que así les venia. Náceles una copiosa fuente
de agua excelente dentro de casa . en la misma
hora en que mostrándole al Señor la necesidad , se Ja
suplican. Personas desconocidas y á deshora, sin dar