Santidad, Gloria y Prodigios de Santa Teresa de Jesus Tomo I

28.08.2017 Views

FELIPE IT. 077) PI0 IV- Con esta ocasión les hizo allí mismo la Santa Madre un Sermón del Santísimo Sacramento (que en aquel día habían recibido) pero con tanta dulzura, sublimidad y unción divina , que arrebatadas de un gozo y alegria celestial fueron en procesión al coro canlando hymnos y, salmos á celebrar la gloria del Dios de la eternidad v\|ue ha querido quedar de un modo tan maravilloso en la Eucaristía para tener sus delicias en estar con los hijos de los hombres. Nada hubiera hecho Santa Teresa en solo exortar á estos fervores á sus hijas , y asentar en sus principios unos cimientos tan solidos. Todo si fue efecto de su exemplo. Ninguna mas abstinente, ninguna mas mortificada : aunque pudiera eximirse de mucho estando por este tiempo acosada de dolores indecibles de cabeza, estomago y corazón , pero jamás quiso rendirse ni á sus accidentes penosos, ni á Jas instancias de sus hijas. Si unas amargan su pobre comida con ajenzos d azibar, si otras hactn largos ayunos á solo pan y agua: estas hacen de una calavera vaso para beber, aquellas de un cráneo se sirven como de un plato para comer , es porque ella Jes precede en uno y otro, y aprehenden así á aumentar mas grados de mortificación y pobreza á los primeros. Si se ve el suelo y paredes salpicadas de sangre de las sangrientas y desapiadadas disciplinas de las religiosas, es por imitar las que toma sin compasión su santa madre, con que hace estremecer aquel penitente edificio, y aun resuenan en toda la Descalcez. Si humildes se confunden con el polvo de la tierra , todo Jes viene ancho, se deleytan con las humillaciones, anhelan abatimientos, no pueden dexar de hacerlo al ver á una Señora ilustre, á una Santa , a una maestra de espíritu y deposito de la sabiduría, tomar á su cuidado la limpieza del lugar mas inmundo de la casa, alternar con las demas á semanas el oficio de cocinera , el barrido, el fregado , tomar para sí las halajas mas viles ; y siendo siempre de suyo aseada y limpia virtuosamente, Aa 2

FELIPE IT. 078) PÍO IV. trocar sus vestidos con las demás por el mas sucio y remendado. ¿Que ansia de distinción y vanidad pudiera haber en estas súbditas á vista de una Prelada que se confunde entre todas? ¿Ni que alegatos en defensa de sus propias imperfecciones, al ver á su Santa fundadora arrodillada á presencíale la Comunidad en una disposición y tono humillante descubrir y ponderar sus defectos, pidir que todas la reprehendan , y con injurias la cubran de rubor y de vergüenza ; y llorar públicamente del modo mas aflictivo su vida pasada como si hubiera sido escandalosa? Para ayudar en lo posible á su sustento con el trabajo de sus manos era incansable , y en el reparto de las labores, sin embargo de ser en todas la mas adelantada y entendida, reservo para si el uso, y la rueca como mas humilde y penosa : en ella pasaba largas horas: sin distinción de personas ni visitas á todos igualaba y recibía con la rueca á excepción de su Prelado el Obispo. Y era de maravillar ver á Santa Teresa con la pluma asombrar al mundo y ganarse el grado de Doctora en la Iglesia , y con la rueca llenar el elogio de la muger fuerte, que con tanta anticipación hizo de ella Salomón. Ella logro así hacer á sus hijas pobres y humildes verdaderas. ¡Que no puede el buen exemplo del superior en los súbditos! Estos se reforman con gusto y facilidad si su Prelado vá delante por el camino estrecho. Pero si este vá por el ancho, ellos y la observancia apresuradamente se precipitan. Por esto decia un Obispo venerable : hace infinitamente mas el pastor que puesto delante de su grei va el primero , y la llama en su seguimiento con amor , que puesto detras amenazando cen el cayado.

FELIPE IT. 078) PÍO IV.<br />

trocar sus vestidos con las <strong>de</strong>más por el mas sucio<br />

y remendado. ¿Que ansia <strong>de</strong> distinción y vanidad pudiera<br />

haber en estas súbditas á vista <strong>de</strong> una Prelada<br />

que se confun<strong>de</strong> entre todas? ¿Ni que alegatos en<br />

<strong>de</strong>fensa <strong>de</strong> sus propias imperfecciones, al ver á su <strong>Santa</strong><br />

fundadora arrodillada á presencíale la Comunidad<br />

en una disposición y tono humillante <strong>de</strong>scubrir<br />

y pon<strong>de</strong>rar sus <strong>de</strong>fectos, pidir que todas la reprehendan<br />

, y con injurias la cubran <strong>de</strong> rubor y <strong>de</strong> vergüenza<br />

; y llorar públicamente <strong>de</strong>l modo mas aflictivo<br />

su vida pasada como si hubiera sido escandalosa?<br />

Para ayudar en lo posible á su sustento con el trabajo<br />

<strong>de</strong> sus manos era incansable , y en el reparto <strong>de</strong><br />

las labores, sin embargo <strong>de</strong> ser en todas la mas a<strong>de</strong>lantada<br />

y entendida, reservo para si el uso, y la rueca<br />

como mas humil<strong>de</strong> y penosa : en ella pasaba largas<br />

horas: sin distinción <strong>de</strong> personas ni visitas á todos<br />

igualaba y recibía con la rueca á excepción <strong>de</strong><br />

su Prelado el Obispo. Y era <strong>de</strong> maravillar ver á <strong>Santa</strong><br />

<strong>Teresa</strong> con la pluma asombrar al mundo y ganarse<br />

el grado <strong>de</strong> Doctora en la Iglesia , y con la rueca<br />

llenar el elogio <strong>de</strong> la muger fuerte, que con tanta<br />

anticipación hizo <strong>de</strong> ella Salomón. Ella logro así<br />

hacer á sus hijas pobres y humil<strong>de</strong>s verda<strong>de</strong>ras. ¡Que<br />

no pue<strong>de</strong> el buen exemplo <strong>de</strong>l superior en los súbditos!<br />

Estos se reforman con gusto y facilidad si su<br />

Prelado vá <strong>de</strong>lante por el camino estrecho. Pero si<br />

este vá por el ancho, ellos y la observancia apresuradamente<br />

se precipitan. Por esto <strong>de</strong>cia un Obispo<br />

venerable : hace infinitamente mas el pastor que puesto<br />

<strong>de</strong>lante <strong>de</strong> su grei va el primero , y la llama en<br />

su seguimiento con amor , que puesto <strong>de</strong>tras amenazando<br />

cen el cayado.

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