Santidad, Gloria y Prodigios de Santa Teresa de Jesus Tomo I
FELIPE IT. (1(59) IV. «pues con tanta contradicción , su Magestad había quesjrido fuese adelante. Y no hay al presente nadie que «le parezca fuera acertado dcxarlo de hacer. Y ansí atienen tanta cuenta con proveernos de limosna, que «sin haber demanda, ni pedir á nadie, los despierta ta el Señor para que nos la envíen , y pasamos sin «que nos falte lo necesario. Y espero en el Señor sevrá ansí siempre. Que como son pocas, si hacen lo wque deben (como su Mugestad ahora les da grajycia para hacerlo) según estoy que no les faltará, ni «habrán menester ser cansosas , ni importunas á na- «dic , que ei Señor se tendrá cuidado como hasta aquí." La ciudad de Avila, por mucho que desde esta ocasión y en adelante haya hecho por Teresa y sus hijas , nunca llegará á igualar el honor que ella ha dado á su patria ; y por grandes que sean los timbres con que la han condecorado sus habitantes en paz y en guerra, muchos aun dentro de la península y nación, ignorarían su nombre y existencia. Pero desde que es solar ilustre , y campo en que se hizo tan fecunda y iltil la planta de su reforma que en ella colocó , ha llegado su fama mas allá de aJonde penetro el extruenio de las armas y dominación del imperio romano, y por todas partes acompaña al cristianismo. Dios también ha bendecido [é. este pueblo, por respeto á los beneficios con que ha favorecido á sus siervas ; y sus oraciones la han conseguido el remedio oportuno en las calamidades ptíblicas. Del P. Fr. Pedro Ibañez y P. Gaspar de Salazar , refiere la Santa las gracias extraordinarias y premios grandes que el Señor íes dio por lo mucho que la ayudaron en esta fundación. Nadie le hizo algún favor en esto que no recibiera su recompensa , y quienes mas de cerca contribuyeron , es á saber, las primeras religiosas fueron mas privilegiadas. Porque en realidad , la gracia de Dios las hizo dignas de las demostraciones singulares de su bondad y misericordia ; pues fieles á su vocación , llenaron los deseos de su santa ma- Z 2
FELIPE IT. (í/o) ÍÍO TV» dre , y el amor de su divino esposo. Para cumplir Teresa su destino de refurmadors, restaurando la primera regla , recibidas doce doncellas , inclusas las venidas de la Encarnación , formo con ellas su Apostolado á exemplo de nuestro Señor Jesucristo, que así lo hizo con otros tantos discípulos para publicar el Evangelio, establecer su Iglesia y reformar el mundo; y haciendo ella como allá su divino esposo el ninnero trece , creyó por entonces no deber excederlo ajustada á un modelo tan soberano. Leyóles ei texto de la regla, y su cumplimiento lo empezó por sí misma , siendo ella el exemplar y norte de las demás. Nuestra naturaleza y quanto es nuestro , va siempre á menos ; y queriendo poner una barrera poderosa contra este caimiento , temerosa de que espantase la regla, añidió penalidades mayores para sostenerla: exercicios por su continuación y qualidad muy sensibles que la regla no manda : la desnudez de los pies: lo rústico y pobre de los manjares : la vileza del hábito : lo riguroso de una tarima triste y dura por cama : la aspereza de las disciplinas : dos horas de oración mental á mas de todo el oficio divino : exámen de conciencia dos veces aldia: muchos ayunos sobre los siete meses de la regla : mas extensión á su silencio y retiro respetables ; y las incomodidades precisas de una habitación angosta y desacomodada , son las observancias que Santa Teresa plantó en Avila como propias de su zelo de reforma , las que por sí, sus hijos é hijas ha establecido en lodos los demas; conventos , donde se miran como fundamentales , y duran como el primer ^dia, y durarán en los Carmelitas Descalzos, mientras persevere en ellos el amor á su santa madre , de quien como su' carácter mas honroso lo han recibido con aprecio , y siguen con tesón.
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dre , y el amor <strong>de</strong> su divino esposo. Para cumplir <strong>Teresa</strong><br />
su <strong>de</strong>stino <strong>de</strong> refurmadors, restaurando la primera<br />
regla , recibidas doce doncellas , inclusas las venidas<br />
<strong>de</strong> la Encarnación , formo con ellas su Apostolado<br />
á exemplo <strong>de</strong> nuestro Señor Jesucristo, que así<br />
lo hizo con otros tantos discípulos para publicar el<br />
Evangelio, establecer su Iglesia y reformar el mundo;<br />
y haciendo ella como allá su divino esposo el ninnero<br />
trece , creyó por entonces no <strong>de</strong>ber exce<strong>de</strong>rlo ajustada<br />
á un mo<strong>de</strong>lo tan soberano. Leyóles ei texto <strong>de</strong><br />
la regla, y su cumplimiento lo empezó por sí misma<br />
, siendo ella el exemplar y norte <strong>de</strong> las <strong>de</strong>más.<br />
Nuestra naturaleza y quanto es nuestro , va siempre<br />
á menos ; y queriendo poner una barrera po<strong>de</strong>rosa<br />
contra este caimiento , temerosa <strong>de</strong> que espantase la<br />
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por su continuación y qualidad muy sensibles<br />
que la regla no manda : la <strong>de</strong>snu<strong>de</strong>z <strong>de</strong> los pies: lo<br />
rústico y pobre <strong>de</strong> los manjares : la vileza <strong>de</strong>l hábito<br />
: lo riguroso <strong>de</strong> una tarima triste y dura por cama<br />
: la aspereza <strong>de</strong> las disciplinas : dos horas <strong>de</strong> oración<br />
mental á mas <strong>de</strong> todo el oficio divino : exámen<br />
<strong>de</strong> conciencia dos veces aldia: muchos ayunos sobre<br />
los siete meses <strong>de</strong> la regla : mas extensión á su silencio<br />
y retiro respetables ; y las incomodida<strong>de</strong>s precisas<br />
<strong>de</strong> una habitación angosta y <strong>de</strong>sacomodada , son<br />
las observancias que <strong>Santa</strong> <strong>Teresa</strong> plantó en Avila como<br />
propias <strong>de</strong> su zelo <strong>de</strong> reforma , las que por sí,<br />
sus hijos é hijas ha establecido en lodos los <strong>de</strong>mas;<br />
conventos , don<strong>de</strong> se miran como fundamentales , y<br />
duran como el primer ^dia, y durarán en los Carmelitas<br />
Descalzos, mientras persevere en ellos el amor á<br />
su santa madre , <strong>de</strong> quien como su' carácter mas<br />
honroso lo han recibido con aprecio , y siguen con<br />
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