Santidad, Gloria y Prodigios de Santa Teresa de Jesus Tomo I

28.08.2017 Views

(3) contra ellos con las armas d^l espíritu , de que hablo San Pablo. Una peste, una epidemia que devora provincias enteras, se propaga á favor de los vientos y de una estación cálida : pero estos errores mas devorantes , volaban rápidamente con los vientos y con la calma desde el septentrión al mediodía , y desde el oriente al ocaso. Teresa vino entonces al mundo con el encargo de oponer á estos males reparos oponunos, con su conducta y doctrina. Ya se dirá en sus lugares respectivos , como en los tiempos y años mismos enseñaba y escribía contra los delirios que esos hereges inventaban y esparcían; y lo que estos en otros paises arruinaban, ella edificaba en España. Desctíbrense y entran en esta corona las dilatadas provincias de la América : una mies tan copiosa pedia muchos obreros , como era preciso para establecer la fe y la virtud en aquella innumerable gentilidad. La experiencia, los informes repetidos de los ministros reales y prelados zelosos, y las solicitudes personales del Obispo de Chiapa , venido á este fin de Indias á España , hicieron ver á Felipe 11 ía necesidad que allí oabia de Ministros de la Religión desinteresados, laboriosos y verdaderamenre evangélicos. Santa Teresa animada con el zeio de la honra y gloria de Dios, dirigió' la crianza de sus hijos á formar en cada uno de ellos un traslado fiel de los profetas y varones apostólicos sus ascendientes , que tanto sirvieron para extender el cristianismo, cuyo fervor reproducía, y pre^nurlos á Jesucristo y á ía Iglesia , coadjutores suyos, y obreros fieles. El Rey Felipe Jí y su Consejo de Indias, por haberlos experimentado tales, los Jiugieron á México, y convidaron con roJa la 1nstruccion de Nueva España, asegm ándolos en la AmérJca con fundaciones de conventos. El mismo Felipe ÍI los solicito y remitió para las misiones de Congo y Angola , y otros Reynos de la Etiopia. Clemente VIH , Paulo V y Gregorio XV los enviaron Y recomendaron á los Reyes de Persia. Por su direc-

cion se estableció en Roma la congregación de Profaganda Fide , y se fundo allí un colegio de lenguas para que sus religiosos se habilitasen en ellas , á fin de continuar las misiones á las naciones de orien^ te. Aun dura esto en el dia de hoy para mucha gloria de Dios y bien de muchas almas , que por sus fatigas entran en el gremio de la Iglesia. Los Reyes, los Príncipes , los Obispos , las Universidades han reconocido en los Carmelitas Descalzos unos sugetos aptos para todo bien de las almas , aumento de la piedad , extensión del cristianismo , y que han llenado los deseos de Santa Teresa de Jesús, su Madre y Fundadora , como varias veces lo han manifestado así los Pontífices Romanos» CAPITULO SEGUNDO. NACE SANTA TERESA DE JESUS de padres 'virtuosos y de linage ilustre : primeros pasos de su 'virtud , y fines para que Dios la dio al mundo. Años de Cristo* Edad de la Santa, i. Oanta Teresa de Jesús nació en Ávila en el dia 28 de Marzo del año 1515 , para gloría de Dios y salvación de muchos. Las empresas militares por las que sus ascendientes se hicieron famosos en el Reyno de León , les traxeron por íki á asentar su solar en Avila , cindad antigiia y célebre de Castilla la Vieja. La nobleza esclarecida de su linage le proporciono á la Santa verse enlazada con las casas mss ilustres de España (a), y hoyase glorían de su parentesco las del Peso , Enao , Águila , Guzman, Bardemos, Veta) Santa Tema, owta 55, número 4, tomo t.

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contra ellos con las armas d^l espíritu , <strong>de</strong> que hablo<br />

San Pablo. Una peste, una epi<strong>de</strong>mia que <strong>de</strong>vora provincias<br />

enteras, se propaga á favor <strong>de</strong> los vientos y<br />

<strong>de</strong> una estación cálida : pero estos errores mas <strong>de</strong>vorantes<br />

, volaban rápidamente con los vientos y con la<br />

calma <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el septentrión al mediodía , y <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el<br />

oriente al ocaso. <strong>Teresa</strong> vino entonces al mundo con<br />

el encargo <strong>de</strong> oponer á estos males reparos oponunos,<br />

con su conducta y doctrina. Ya se dirá en sus<br />

lugares respectivos , como en los tiempos y años mismos<br />

enseñaba y escribía contra los <strong>de</strong>lirios que esos<br />

hereges inventaban y esparcían; y lo que estos en otros<br />

paises arruinaban, ella edificaba en España. Desctíbrense<br />

y entran en esta corona las dilatadas provincias<br />

<strong>de</strong> la América : una mies tan copiosa pedia muchos<br />

obreros , como era preciso para establecer la fe<br />

y la virtud en aquella innumerable gentilidad. La experiencia,<br />

los informes repetidos <strong>de</strong> los ministros reales<br />

y prelados zelosos, y las solicitu<strong>de</strong>s personales <strong>de</strong>l<br />

Obispo <strong>de</strong> Chiapa , venido á este fin <strong>de</strong> Indias á España<br />

, hicieron ver á Felipe 11 ía necesidad que allí<br />

oabia <strong>de</strong> Ministros <strong>de</strong> la Religión <strong>de</strong>sinteresados, laboriosos<br />

y verda<strong>de</strong>ramenre evangélicos. <strong>Santa</strong> <strong>Teresa</strong><br />

animada con el zeio <strong>de</strong> la honra y gloria <strong>de</strong> Dios,<br />

dirigió' la crianza <strong>de</strong> sus hijos á formar en cada uno<br />

<strong>de</strong> ellos un traslado fiel <strong>de</strong> los profetas y varones<br />

apostólicos sus ascendientes , que tanto sirvieron para<br />

exten<strong>de</strong>r el cristianismo, cuyo fervor reproducía,<br />

y pre^nurlos á Jesucristo y á ía Iglesia , coadjutores<br />

suyos, y obreros fieles. El Rey Felipe Jí y su<br />

Consejo <strong>de</strong> Indias, por haberlos experimentado tales,<br />

los Jiugieron á México, y convidaron con roJa la<br />

1nstruccion <strong>de</strong> Nueva España, asegm ándolos en la AmérJca<br />

con fundaciones <strong>de</strong> conventos. El mismo Felipe<br />

ÍI los solicito y remitió para las misiones <strong>de</strong> Congo<br />

y Angola , y otros Reynos <strong>de</strong> la Etiopia. Clemente<br />

VIH , Paulo V y Gregorio XV los enviaron<br />

Y recomendaron á los Reyes <strong>de</strong> Persia. Por su direc-

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