Santidad, Gloria y Prodigios de Santa Teresa de Jesus Tomo I

FEIlPE II, O^O V\0 IV*
«Después á solas le hablé mas claro, y quedo' mas
«satisfecho , y prometió si fuese adelante el monaste-
«rio , en sosegarse Ja ciudad , de darme licencia que
j)fue§e á él."
CAPITULO
QUINTO.
LA CIUDAD DE AVILA ALBOROTADA
con la fundación del convento intenta deshacerlo
•por fuerza y por justicia.
Años de Cristo,
Edad de la Santa.
15Ó0. 45.
Mi ientras la Santa Madre en la Encarnación sufría,
y salía victoriosa de los juicios severos de su Prelada
y Provincial, las solas quatro novicias, que formaban
la Comunidad y cuerpo de toda la reforma
descalza de la Orden, hicieron frente á millares de
hombres capitaneados del Corregidor , como cabeza
de aquel gobierno. La misma campanilla que al tercer
día llamando al Santo Sacrificio de la Misa en
el nuevo convento hacia temblar al infierno , alegraba
al cielo, y llenaba de fervor á aquellas dichosas
vírgines, fué un clarin de guerra para aquella ciudad
que alarmando al pueblo igualmente que á los Magistrados,
por decreto publico corrieron tumultuariamente
unos y otros contra el pobre convento , como
si im señal de rebato obligase apagar un incendio,
o cubrir las murallas para impedir un asalto de enemigos.
El ^otregidor acercándose al torno, lleno de
satisfacción y^le imperio intima á las novicias, se
saliesen luego, donde no, que les derribarla las puertas,
y las sacarla por fuerza , y haría consumir el
Santísimo Sacramento. Ellas sin sobresalto y sin miedo
, con gran valor y esfuerzo del cielo, como quien
tiene de allá el amparo seguro , respondieron : «que
»>entonces saldrían quando se lo mandase quien allí Jas
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