Santidad, Gloria y Prodigios de Santa Teresa de Jesus Tomo I

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misión y orden del Obispo íes ¿ho la primera Misa
, puso eíi el Sagrario el Santísimo Sacramento, y
presentadas las quatro novicias á la reja vestidas de
xerga con un lienzo basto sobre las cabezas , como
muertas al mundo , los píes descalzos como imitadoras
de los Apo'stoles, las admitió' á la Orden del Monte
Carmelo , dando la obediencia al Obispo , según
las ceremonias del ordinario carmelitano , y ofrecieron
ellas guardar la regla primitiva de S. Alberto, Patriarca
de Jerusalca , según la declaro Eugenio 1ÍI.
Este ha sido el día feliz para el Carmelo deseado
tantos años antes , anunciado con anticipación , prometido
por Cristo nuestro Señor y María Santísima,
y cumplido en Teresa , que dirigiendo á quatro doncellas
presento al mundo desde Avila la mas alta idea
de desengaño, un traslado del monacato mas áustero
, y el modelo csbal y consumado de almas dedicadas
al amjr y servicio de Dios solo. A un espectáculo
tan dulce se enternecieron y acompañaron coa
sus lágrimas todos los presentes. Santa Teresa fuera de
sí de alegría y no podía contener en su pecho el co-.
razón que le saltaba'con ímpetus de amor, de agradecimiento
á Dios, de consuelo al ver en la obra
de sus manos la reforma de su Orden , y ganadas ya
para el S ñor quatro almas , una Iglesia , un Santuario
, y que esto no era mas que un pequeño principio
de lo quí con tantos atuiusitos se había de multiplicar
por toda la tierra para gloria de Dios , y cotnpens.tcion
de los exrragos que causaban los hereges.
Ei grande Elias desde el retiro en que Dios lo conserva
para los Lllrimos tiempos , bendíxo á esta restauradora
de su espíritu y familia proféríca. Los Santos
y Santas de í-sía Orden tendrían hoy con Ja alegría
de este suceso nueva gloria , y usarían con Dios
para su perpemidad y perfección el valimiento que
tanto había servido para dar principio. El infierno
Presintiendo la guerra que le haría esta nueva famiíia,
derrama sobre su fundadora en medio de su pJay