Santidad, Gloria y Prodigios de Santa Teresa de Jesus Tomo I

FELIPE n. 039) PI0 1Vestos
Señores á nombre propio una casa : se emprende
la obra que la Santa pagaba , y con título de visitar
á su hermana iba frecuentemente á dirigirla para
convento. Estrechada por sus apuros y falta de caudal
para la prosecución , recurre á Dios á que provea
la paga diaria de oíiciales por hallarse sin una blanca
: la aparece el Patriarca S. José , la manda proseguir
lo comenzado que nada la faltaría, y por medios
no pensados la viene quanto hubo menester. Entre
otros recursos singulares cuenta la Santa el copioso que
en este lance la llegó desde la ciudad de los Reyes
en el Perú, remitido por su hermano D. Lorenzo de
Zepeda (a) lo que en la carta de recibo (b) celebra
ella como una maravilla de la providencia de Dios
hacia sí. Comprada ya la casa , y empezada á labrar,
reflexione) ser muy reducida y estrecha para formar
de ella un monasterio é Iglesia. Quéjase al Señor de
su angostura é incapacidad para el intento. Y nuestro
Señor Jesucristo la dice (C):»I¿Í te he dicho que entres
ncomo pudieres"' y á manera de exclamación me díxo:
«i O codicia del género humano , que aun tierra pien-
9>sas que te ha de faltar ! ¡ Quantas -veces dormí yo al
^sereno por no tener adonde meterme \v Yo quedé muy
espantada , prosigue la Santa , y vi que tenía razón.
»Y voy á la casita, y tracéla, y halíé aunque bien pequeño
, monasterio cabal, y no curé de comprar mas
sitio , sino procuré se labrase en ella de manera que
se pudiese vivir ; todo tosco y sin labrar, no mas de
(a) Capitán y Tesorero de la provincia de Qiiito : gozó mucha hacienda y riquezas;.
Casó en Lima, ciuoaa de los Reyes, con Doña Juana Fuentes y Gnzman: y vuelto
á Empana , entabló con los Coíis.'joi de su Santa •'Heniuna , una vida del todo edificante
y virtuosa liarla común en los caballeros de su ciase.
(h) c-ma 39. tom. i, fol. 335-
Su vid. c. 33.
* La grandeza de los monasterios en las cortes de los soberanos, es mas disimiilnble
que en otra paría ,por contribuir al decoro público, á la ostentación délos príncipei
Sue gobienun al mayor número de individuos, á la freqüencia de muchos huéspedes,
ai concurso de prelados, y a ¡a necesidad de grandes oficinas para el despacho de loa
varios negocios de toda la Orden que allí se reúnen.