Santidad, Gloria y Prodigios de Santa Teresa de Jesus Tomo I

FELIPE IT. (I20) riO TY.
Dios ha fiado solo a personas de virtud consumada firmemente
ancoradas en la protección divina. Este exercicio
tan penoso le duraba en este tiempo dos d tres
semanas continuas, á veces menos; y con mas rigor
en las mayores solemnidades , que celebraba con ternura
y devoción fervorosa, en que dando largas riendas
á una oración sabrosa y tranquila, y á los excesos
del amor divino, se recreaba en regalos celestiales.
No estaba en su mano terminar situación tan aflictiva.
Pero Dios que la permitía complacido en el sufrimiento
y constancia de Teresa, quando le complacia,
desde el Santísimo Sacramento le enderezaba alguna
de aquellas tiernas y consonantes expresiones : iVo estés
fatigada : No hayas miedo , se serenaba , volvia
en sí ya todo su vigor antiguo , como con la salida del
sol después de una obscura y borrascosa noche, se calma
todo , y se hermosea el dia. A estos tan crecidos
trabajos casi siempre seguía gran abundancia de mercedes
singulares : ella quedaba mas afinada y brillante
salida del crisol para ver á su Magestad , y mas valiente
para despreciar estas penas, aunque insoportables
y tornar á padecer de nuevo si Dios era servido : son
expresiones suyas. El demonio furibundo en su pérdida
al ver las ganancias de esta Virgen , quiso descargar
en su cuerpo los golpes que no hacian mella en
su alma. Estando en su oratorio se le apareció' en
una figura abominable, por cuya boca arrojaba grandes
llamaradas de fuego, y como amenazándole con
nueva campaña , le dixo con voz horrribie y espantosa
: bien te has librado de mis manos, mas ya te tornaré
á ellas. Teresa armada con la señal de la cruz lo
apartó de sí. Viéndole volver inmediatamente, echándole
agua bendita desapareció' del todo. Otro dia por
espacio de cinco horas la atormentó terriblemente con
golpes inhumanos en cabeza , brazos y uno y otro lado
del cuerpo, sin poderse defender por no ver quien
se los daba, hasta que el Señor Je descubrió el autor