Santidad, Gloria y Prodigios de Santa Teresa de Jesus Tomo I

FELIPE ir, (roo) PIO IV.
ees de los sabios. En el orden espiritual é intereses
de la alma aparece mas expresa esta disposición divina*
JLas astucias del demonio , su empeño en nuestra
perdición , son temibles. Las imperceptibles ilusiones
del amor propio, la siitikza de las pasiones,
la presunción , son unas enfermedades internas, que
asaltan á la cabeza y al corazón , é indisponen á entrambos
para curarse uno á sí mismo. Los incidentes
que en este camino del espíritu intervienen son sobre
las fuerzas y alcanze humano , y á excepción
de algún caso extraordinario, en que Dios para aU
tos finos trasporta al hombre á la soledad, y se encarga
de dirigirlo por sí mismo, infeliz del que por
propia voluntad anda solo en el camino intrincado
del espíritu , porque en sus caídas indispensables no
tendrá quien lo levante. Tales son las instrucciones
que nos dan los libros santos. Teresa de concierto con
esta doctrina del cielo siempre busco directores, que
la iluminasen : entre ellos no hallo hasta aquí quien
la sosegase del todo , sin embargo que nada les ocultaba
, á cuyo fin aun ansiaba por otros, que participando
lo que ella, la entendiesen perfectamente. Por
unos medios imprevistos á ella, logró la bella ocasión
de tratar á San Pedro de Alcántara, aquel varon
al que España admiro como á uno de los mas
entendidos en la ciencia del espíritu. Se vieron, se
hablaron, se entendieron , y penetrados sus interiores
, se comunicaron mutuamente sus luces, sus idiomas,
sus ideas y las grac as de que cada uno abundaba....
Ambos quedaron satisfechos y obligados : y
la amistad íntima y santa que desde aquí cimentaron
fue muy iltil y honrosa á entrambos; y tan constante,
que este santo vino varias veces desde el cielo
á continuarla con Teresa que le sobrevivid en el
mundo. £n este primer encuentro le hizo la Santa
Virgen una relación exácta de toda su vida y mercedes
recibidas del Señor. Bien presto conoció' este místico
ilustrado los fondos y prendas celestiales de aque-