Obras de La Gloriosa Santa Teresa de Jesus Tomo II
S4 MORADAS ni donde está, mas el calor, y humo oloroso penetra toda el alma, y aun hartas veces, como he dicho , participa el cuerpo. Mira, entendedme, que ni se siente calor, ni se huele olor, qué mas delicada cosa es que estas cosas, sino para dároslo á entender. Y entiendan las personas que no han pasado por esto, que es verdad que pasa ansi, y sé que entiende, y lo entiende el alma mas claro, que yo lo digo ahora, que no es esto cosa que se puede antojan porque por diligencias que hagamos, no lo podemos adquirir, y en ello mesmo se vé no ser de nuestro metal, sino de aquel purísimo oro de la Sabiduría Divina. Aquí no están las potencias unidas, a mi parecer , sino embebidas, y mirando como espantadas, qué es aquello. Podrá ser que en estas cosas interiores me contradiga algo de lo que tengo dicho en otras partes-, no es maravilla, porque en casi quince anos que há que lo escribí, quizá me ha dado el Señor mas claridad en estas cosas, de las que entonces entendia, y ahora , y entonces puedo errar en todo, mas no mentir *, que por la misericordia de Dios antes pasaría mil muertes, (digo lo que entiendo) y la voluntad bien me parece que debe estar unida en alguna manera con kjde Dios. Mas en los efetos, y obras de después , se conocen estas verdades de Oración, que no hay mejor crisol par^ probarse. Harto gran merced es de nuestro Señor , si la conoce quien la recibe, y muy grande si no torna atrás. 7 Luego querréis, mis Hijas, procurar tener esta Oración , y tenéis razón, que (como he dicho) no acaba de entender el alma las que allí le hace el Señor, y con el amor que la va acercando mas á sí. Que cierto está desear saber como alcanzarémos esta merced. Yo os diré lo que en
QU ARTAS. u en esto he cntendiclo, dexemos quando el Señor es servido de hacerla porque su Magestad quiere, y no por mas, él sabe el por qué, no nos hemos de meter en eso. 8 Después dé hacer lo que los de las Moradas pasadas, humildad, humildad^ por esta se dexa vencer el Señor áqnanto del queremos: y lo primero en que veréis si la tenéis, es en no pensar que merecéis estas mercedes, y gustos del Señor, ni los habéis de tener en vuestra vida. Direisme , ¿que dcsta manera, que cómo se han de alcanzar no los procurando? A esto respondo, que no hay otra mejor de la que os he dicho, y no los procurar, por estas razones. La primera, porque lo primero que para esto es menester, es amar a Dios sin interés. La segunda, porque es un poco de poca humildad, pensar que por nuestros servicios miserables se ha de alcanzar cosa tan grande. La tercera, porque el verdadero aparejo para esto , es deseo de padecer , y de imitar al Señor, y no gustos, los que en fin le hemos ofendido. La quarta , porque no está obligado su Magestad á dárnoslos (como á darnos la gloria si guardamos sus Mandamientos) que sin esto nos podreñios salvary sabe mejor que nosotros lo que nos conviene, y quien le ama de verdad: y ansi es cosa cierta, yo lo sé, y conozco personas que van por el camino del amor, como hande ir por solo servir á Jesu-Christo crucificado, ue no solo no le piden gustos, ni los desean, mas le suplican no se los dé en esta vida: esto es verdad. La-quinta es, porque trabajarémosen valde,quecQmono se ha de traer esta agua por arcaduces, como la pasada , si el manantial no la quiere producir, poco aprovecha que nos cansemos. Quiero decir, que aunque mas meditación tengamos, aunque mas nos estrugemos, y tengamos lágrimas, no viene esta agua por aquí.
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ni los habéis <strong>de</strong> tener en vuestra vida. Direisme , ¿que dcsta<br />
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y no los procurar, por estas razones. <strong>La</strong> primera, porque lo<br />
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