Obras de La Gloriosa Santa Teresa de Jesus Tomo II
z6 MORADAS que el Señor haga la nuestra, y que nos Heve como imaginamos , iqué firmeza puede llevar este edificio* Procuremos hacer lo que es en nosotras , y guardarnos de estas sabandijas ponzoñosas, que muchas veces quiere el Señor que noi persigan malos pensamientos, y nos aflijan , sin poderlos echar de nosotras, y sequedades y aun algunas veces permite que nos muerdan, para que nos sepamos mejor guardar después, y para probar si nos pesa mucho de haberle ofendido. Por eso no os desaniméis, si alguna vez cayeredes, para dexar de procurar ir adelante , que aun desa caída sacará Dios bien, como hace el que vende la triaca para ver si es buena, que bebe la ponzoña primero. i z Quando no viésemos en otra cosa nuestra miseria, y el gran daño que nos hace andar derramados, si no es esta batería que se pasa, para tornarnos á recoger, bastaba, i Puede ser mayor mal, que no nos hallemos en nuestra mesma casa? como sentidas de la que á ellas les han hechp nuestros vicios. Paz, paz Hermanas mias , dixo el Señor, y amonesto á sus Apóstoles tantas veces. Pues creedme, que si no la tenemos , y procuramos en jauestra casa , que no la halíarémos en los estraños. 13 Acábese ya esta guerra, por la sangre que derramó por nosotros, lo pido yo á los que han comenzado á entrar en sí, ya los que han comenzado , que no baste para hacerlos tornar atrás. Miren que es peor la recaída, que
SEGUNDAS 27 que la caída: ya vén su pérdida confien en la misericordia de Dios, y no nada en sí, y verán como su Magestad le lleva de unas Moradas á otras, y le mece en la tierra á donde ^stas^ieras no le puedan tocar, ni cansar, sino que él las sujete á todas, y burle de lias, y goce de muchos mas bienes que podria desear , aun en esta vida digo. Porque ( como dixe al principio) os tengo escrito como ós habéis de haber cuestas turbaciones, que aquí pone el demonio, y como, no ha de ir a fuerza de brazos el comenzarse á recoger, sino con suavidad, para que podáis estar mas continamente, no lo diré aquí *, mas de que de mi parecer hace mucho al caso tratar con personas experimentadas*, porque en cosas que son necesario hacer, pensareis que hay gran quiebra: como no sea el dexarle, todo lo guiará el Señor á nuestro provecho, aunque no hallemos quien nos ensene, que para este mal no hay remedio, sino se torna á comenzar, sino ir perdiendo poco á poco cada dia mas el alma , y aun plega á Dios que lo entienda. 14 Podria alguna pensar, que si tanto mal es tornar atrás, que mejor será nunca comenzarlo , sino estarse fue^ ra del Castillo. Ya os dixe al principio , y el mesmo Señor lo dice , que quien anda en el peligro en él perece, y que la puerta para entrar en este Castillo es la Oración. Pues pensar que hemos de entrar en el Cielo, y no entrar en nosotros, conociéndonos, y considerando nuestra miseria, y lo que debemos á Dios , y pidiéndole muchas veces misericordia, es desatino. El mesmo Señor dice: Ninguno subirá á mi Padre, sino por mí. (No sé si dice ansí, creo que sí.) Y quien me vé á mí, vé á mi Padre. Pues si nunca le miramos, ni consideramos lo que le debemos, y D 2. la
- Page 1 and 2: OBRAS D E L A c' GLORIOSA MADRE SAN
- Page 3 and 4: INDICE DE LOS CAPITULOS DE ESTE SEG
- Page 5 and 6: tt en esto y no seguirse por su par
- Page 7 and 8: que tiene el alma de comulgar , y d
- Page 9 and 10: INDICE DE LOS CAPITULOS DEL TRATADO
- Page 11 and 12: PROLOGO DE LA SANTA MADRE TERESA DE
- Page 14 and 15: Curjihus tviidarutn proferí T/ertf
- Page 16 and 17: 4 MORADAS hay muchas moradas. Que s
- Page 18 and 19: 6 MORADAS como dlxo del Ciego que d
- Page 20 and 21: 8 MORADAS so viene el mcsmo Señor
- Page 22 and 23: io MORADAS- fi x Yo sé de una pers
- Page 24 and 25: 1% MORADAS pío , y entendía como
- Page 26 and 27: 14 MORADAS Dios que se cxercite en
- Page 28 and 29: i¿ MORADAS para combatir que no pa
- Page 30 and 31: i8 MORADAS tender sus ardides, y qu
- Page 32 and 33: zo A D A S SEGUNDAS. HAT EN ELLAS U
- Page 34 and 35: i i MORADAS verdad , que enseña en
- Page 36 and 37: H MORADAS ras para sanar, y harta m
- Page 40 and 41: 2,8 MORADAS la muerte que paso por
- Page 42 and 43: so MORADAS 3 Por cierto. Hijas mía
- Page 44 and 45: 3i MORADAS Señor posea el alma, no
- Page 46 and 47: 4 MORADAS nosotros^ y nos crió, y
- Page 48 and 49: 3? MORADAS mos 3 y nos probemos a n
- Page 50 and 51: 38 MORADAS salud. No hayáis miedo
- Page 52 and 53: 4o MORADAS perfección en los gusto
- Page 54 and 55: 42 MORADAS deprender en lo principa
- Page 56 and 57: 44 MORADAS el Rey, es grande su her
- Page 58 and 59: 4^ MORADAS lágri mas congojosas, q
- Page 60 and 61: 48 MORADAS aun no sabemos preguntar
- Page 62 and 63: So MORADAS ser muy penoso , y casi
- Page 64 and 65: MORADAS gunas de espíritu, que est
- Page 66 and 67: S4 MORADAS ni donde está, mas el c
- Page 68 and 69: S6 MORADAS aquí, solo se di á qui
- Page 70 and 71: 58 MORADAS mas no es esto, que esto
- Page 72 and 73: éo MORADAS ría pena de tener el h
- Page 74 and 75: 4t MORADAS atada como antes en las
- Page 76 and 77: H MORADAS robamícnto: y llamóle y
- Page 78 and 79: 66 MORADAS declararlo; porque son m
- Page 80 and 81: ^8 MORADAS siente; y como no llegan
- Page 82 and 83: 7o MORADAS y si no son derramados,
- Page 84 and 85: 72, MORADAS tenderlo , cpara qué n
- Page 86 and 87: 74 MORADAS con las boquillas van de
SEGUNDAS 27<br />
que la caída: ya vén su pérdida confien en la misericordia<br />
<strong>de</strong> Dios, y no nada en sí, y verán como su Magestad le lleva<br />
<strong>de</strong> unas Moradas á otras, y le mece en la tierra á don<strong>de</strong><br />
^stas^ieras no le puedan tocar, ni cansar, sino que él las sujete<br />
á todas, y burle <strong>de</strong> lias, y goce <strong>de</strong> muchos mas bienes<br />
que podria <strong>de</strong>sear , aun en esta vida digo. Porque ( como<br />
dixe al principio) os tengo escrito como ós habéis <strong>de</strong> haber<br />
cuestas turbaciones, que aquí pone el <strong>de</strong>monio, y como,<br />
no ha <strong>de</strong> ir a fuerza <strong>de</strong> brazos el comenzarse á recoger, sino<br />
con suavidad, para que podáis estar mas continamente,<br />
no lo diré aquí *, mas <strong>de</strong> que <strong>de</strong> mi parecer hace mucho al<br />
caso tratar con personas experimentadas*, porque en cosas<br />
que son necesario hacer, pensareis que hay gran quiebra: como<br />
no sea el <strong>de</strong>xarle, todo lo guiará el Señor á nuestro<br />
provecho, aunque no hallemos quien nos ensene, que para<br />
este mal no hay remedio, sino se torna á comenzar, sino ir<br />
perdiendo poco á poco cada dia mas el alma , y aun plega<br />
á Dios que lo entienda.<br />
14 Podria alguna pensar, que si tanto mal es tornar<br />
atrás, que mejor será nunca comenzarlo , sino estarse fue^<br />
ra <strong>de</strong>l Castillo. Ya os dixe al principio , y el mesmo Señor<br />
lo dice , que quien anda en el peligro en él perece,<br />
y que la puerta para entrar en este Castillo es la Oración.<br />
Pues pensar que hemos <strong>de</strong> entrar en el Cielo, y no entrar<br />
en nosotros, conociéndonos, y consi<strong>de</strong>rando nuestra miseria,<br />
y lo que <strong>de</strong>bemos á Dios , y pidiéndole muchas veces<br />
misericordia, es <strong>de</strong>satino. El mesmo Señor dice: Ninguno<br />
subirá á mi Padre, sino por mí. (No sé si dice ansí,<br />
creo que sí.) Y quien me vé á mí, vé á mi Padre. Pues si<br />
nunca le miramos, ni consi<strong>de</strong>ramos lo que le <strong>de</strong>bemos, y<br />
D 2.<br />
la