Obras de La Gloriosa Santa Teresa de Jesus Tomo II

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354 LIBRO DE LAS FUNDACIONES ; gos de lo que ahora diré. La muger le torró llorando en los brazos, y le clixo: iCómo, mi htja,- vos m sois Chrhtíanal á manera de que había sido crueldad. Alzóla cabeza la niña, y dixo: Si soy\ y no habló mas hasta la edad que suelen hablat todos. Los que la oyeron^ quedaron espantados > y su madre la comenzó a querer y regalar desde entonces, yi ansi decía muchas veces, que quisiera vivir hasta ver lo que Dios hacia desta nina. Criábalas muy honestamente, enseñandolas todas las cosas de virtud. 4 Venido el tiempo que la querían casar, ella no quería, ni lo tenia deseo*, acercó a saber como la pedia Francisco Vclazquer, que es el Fundador también desta Casa, marido suyo, y en nombrándosele, se determinó de casarse, sí la casaban con él, no le habiendo visto en su vida: mas veía el Señor que convenia esto para que se hiciese la buena. obra que entrambos han hecho para servir á su Magestad* Porque dexado de ser hombre virtuoso , y rico, quiere tanto a su muger, que la hace placer en todo> y con mucha razón, porque todo lo que se puede pedir en una muger ca> ém&tptt lo dióel Señor muy cumplidamente, que junto con. el gran cuidado que tiene de su casa , es tanta su bondad, que como su marido la Uerasc a Alva , donde era natural, yi 'Acercasen á aposentar en su casa los Aposentadores del Duque á un Caballero mancebo, sintiólo tanto, que comenzó á aborreCetcl Pueblo, porque ella siendo moza, y de muy buen parecer, á no ser tan buena, según el demonio comen* zó á poner en él malos pensamientos, podría suceder alguá mal. Ella enrendicndolo,T sin decir nada á su marido, le rogó la sacase de allí, y él hlzolo ansí, y llevóla á Salamanca, á donde estaban con gran contento , y muchos bienes del . mun-

DE LAS HERMAMAS DESCALZAS. 3 5 $ mundo, por tener un cargo, que todos le deseaban contentar mucho, y regalaban: solo tenia una pena, que era no les dar nuestro Señor hijos, y para que se los diese, eran grandes las devociones, y oraciones que ella hacia, y nunca suplicaba al Señor otra cosa, sino que le diese generación^ para que acabada ella, alabasen a su Magestad , que le parecía recia cosa que se acabase en ella, y no tuviese quien después de sus dias alabase á su Magestad : y diceme ella á mí, que jamás otra cosa se le ponia delante para desearlo, y es muger de gran verdad , y tanta Christiandad , y virtud, como tengo dicho, que muchas veces me hace alabar á nuestro Señor, ver sus obras, y alma tan deseosa de siempre contentarle, y nunca dexarde emplear bien el tiempo. j Pues andando muchos años con este deseo , y encomendándolo á San Andrés, que le dixeron era Abogado para esto , después de otras muchas devociones que habia hecho , dixeronle una noche, estando acostada: No quieras tener hijos, que te condenarás. Ella quedó muy espantada, y temerosa, mas no por eso se le quito el deseo, parcclendole, que pues su fin era tan bueno, cque por qué se habia de condenar? Yansi iba adelante con pedirlo í nuestro Seítor, en especial hacia particular Oración áSan Andrés. Una vez estando en este mesmo deseo (ni sabe si despierta , ó dormida, de qualquier manera que sea, sabe fue visión buena, por lo que sucedió) parecióle que se hallaba en una casa, á donde en el patio debaxo del corredor estaba un pozo, y vió en aquel lugar un prado, y verdura con unas flores blancas por él, de tanta hermosura, que no sabe ella encarecer de la manera que lo vió. Cerca del pozo se le apareció San Andrés de forma de una persona muy venerable, y her- Yy r i mo"'

354 LIBRO DE LAS FUNDACIONES ;<br />

gos <strong>de</strong> lo que ahora diré. <strong>La</strong> muger le torró llorando en los<br />

brazos, y le clixo: iCómo, mi htja,- vos m sois Chrhtíanal á manera<br />

<strong>de</strong> que había sido crueldad. Alzóla cabeza la niña, y<br />

dixo: Si soy\ y no habló mas hasta la edad que suelen hablat<br />

todos. Los que la oyeron^ quedaron espantados > y su madre<br />

la comenzó a querer y regalar <strong>de</strong>s<strong>de</strong> entonces, yi ansi<br />

<strong>de</strong>cía muchas veces, que quisiera vivir hasta ver lo que Dios<br />

hacia <strong>de</strong>sta nina. Criábalas muy honestamente, enseñandolas<br />

todas las cosas <strong>de</strong> virtud.<br />

4 Venido el tiempo que la querían casar, ella no quería,<br />

ni lo tenia <strong>de</strong>seo*, acercó a saber como la pedia Francisco<br />

Vclazquer, que es el Fundador también <strong>de</strong>sta Casa, marido<br />

suyo, y en nombrándosele, se <strong>de</strong>terminó <strong>de</strong> casarse, sí<br />

la casaban con él, no le habiendo visto en su vida: mas veía<br />

el Señor que convenia esto para que se hiciese la buena.<br />

obra que entrambos han hecho para servir á su Magestad*<br />

Porque <strong>de</strong>xado <strong>de</strong> ser hombre virtuoso , y rico, quiere tanto<br />

a su muger, que la hace placer en todo> y con mucha razón,<br />

porque todo lo que se pue<strong>de</strong> pedir en una muger ca><br />

ém&tptt lo dióel Señor muy cumplidamente, que junto con.<br />

el gran cuidado que tiene <strong>de</strong> su casa , es tanta su bondad,<br />

que como su marido la Uerasc a Alva , don<strong>de</strong> era natural,<br />

yi 'Acercasen á aposentar en su casa los Aposentadores <strong>de</strong>l<br />

Duque á un Caballero mancebo, sintiólo tanto, que comenzó<br />

á aborreCetcl Pueblo, porque ella siendo moza, y <strong>de</strong> muy<br />

buen parecer, á no ser tan buena, según el <strong>de</strong>monio comen*<br />

zó á poner en él malos pensamientos, podría suce<strong>de</strong>r alguá<br />

mal. Ella enrendicndolo,T sin <strong>de</strong>cir nada á su marido, le rogó<br />

la sacase <strong>de</strong> allí, y él hlzolo ansí, y llevóla á Salamanca,<br />

á don<strong>de</strong> estaban con gran contento , y muchos bienes <strong>de</strong>l<br />

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